Naïr denuncia que la cooperación internacional "no existe"

El Día, EL DÍA, S/C de Tenerife, 24-04-2008

El séptimo debate incluido en el foro “Enciende África”, organizado por CajaCanarias, desentrañó las luces y sombras de la cooperación internacional en África, en particular, y en el mundo, en general. En la sede central de la institución financiera, en la capital tinerfeña, el politólogo Sami Naïr denunció que esta cooperación “no existe”.

A juicio de Naïr, desde los años 80 la cooperación se ha convertido en un proceso político e ideológico, y lo que queda, criticó, “es la hipocresía de hablar de cooperación”. Para el sociólogo y politólogo de origen argelino hay un organismo donde se podría plantear la cooperación: la Organización Mundial de Comercio, pero en ella “nadie quiere hablar de cooperación”. Asimismo, planteó que el inmigrante ha sido “encarcelado” y se ha impedido su movilidad, ya que si regresan a sus países por un largo periodo, luego no se les permite volver. Esto, advirtió, crea más inmigración, ya que la persona que no puede visitar a su familia acaba trayéndola a su país de acogida.

Según Sami Naïr, la solución sería organizar la inmigración a escala planetaria a través de la ONU con una libre circulación de personas, y hablar francamente a los ciudadanos, asegurándoles que este fenómeno no constituye una amenaza, sino más bien una riqueza.

Por su parte, el ex director de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza denunció las condiciones leoninas que se les imponen a los países pobres para recibir las ayudas de los gobiernos occidentales. Así, explicó que se les obliga a la privatización de sus empresas y a la reducción de funcionarios, cuando el mayor porcentaje de éstos son maestros.

“Grandes discursos”

La antropóloga Carmen Ascanio atribuyó el aumento de la cooperación con África a la explosión de los procesos migratorios durante los últimos años. Ascanio sostuvo que el actual es un momento de “liderazgo de las ONG”, unos colectivos que han experimentado una gran transformación desde los años 50, cuando predominaban las organizaciones de tipo benéfico y filantrópico, criticadas por desarrollar una labor “pasiva y paternalista”, pero que fueron el germen de la cooperación posterior.

El malí Drissa Kanté, de la ONG Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, abogó por la construcción de colegios en su país, pues en la actualidad y, pese a la pobreza, el 95% de los centros educativos de Mali son privados.

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