Enguera, con más de 1.000 extranjeros censados, es el segundo municipio de España que registra mayor índice de inmigrantes , el 89,5% en edad laboral, es decir, de 16 a 64 años, según datos del Instituto Nacional de Empleo (INE).

De estas cifras cabe destacar que de la población censada, unas 850 personas son de nacionalidad búlgara, esto es, uno de cada seis vecinos empadronados. La colonia de residentes de este país en la capital de la Canal de Navarrés se ha incrementado en los últimos años hasta alcanzar esta cifra. Una cantidad que, en el conjunto de la población inmigrante del municipio, significa el 90% ya que también hay otro pequeño colectivo formado por ucranianos, una familia rumana y algunos ciudadanos rusos y polacos. La mayor afluencia de ciudadanos de la república de Bulgaria tuvo lugar entre 2000 y 2002, año en que se estabilizó.

La presencia de familias jóvenes búlgaras y los matrimonios entre enguerinos e inmigrantes ha favorecido el rejuvenecimiento de la población.

El alcalde, Santiago Arévalo, manifestó que la gran afluencia de estos ciudadanos en concreto a Enguera tiene su explicación.

“Todo comenzó con el viaje por turismo que una familia del municipio realizó a ese país. Allí hizo mucha amistad con un matrimonio búlgaro que luego vino a Enguera a visitar a la familia de aquí y ya no se fue”, relató el alcalde. Posteriormente, esta misma familia búlgara se encargó de transmitir la calidad de vida y las excelencias de la localidad, lo que atrajo el interés de sus compatriotas.


Integración

El primer edil aseguró que la colonia búlgara está plenamente integrada, así como los niños que están totalmente escolarizados y “con una gran capacidad de integración”. Arévalo añadió que tampoco hubo problemas de espacio para acoplarlos.

Los vecinos de Enguera, añadió la primera autoridad, han aceptado bien la presencia de los inmigrantes . Arévalo rechazó que hubiera cualquier manifestación de xenofobia o racismo “aunque al principio hubo cierta preocupación por ver qué tipo de gente era”.

El alcalde subrayó que a partir de 2002 hasta la fecha hubo un éxodo de inmigrantes que se trasladó hacia la costa, “con lo cual aquí sólo quedaron familias completas y ciudadanos que realmente lo que querían era trabajar y ser un vecino más”. Los problemas que puedan surgir son “los propios de cualquier pueblo, independientemente de la nacionalidad, pero no es preocupante”, añadió.

Arévalo resaltó el carácter hospitalario de la localidad “porque los enguerinos también sufrieron los inconvenientes de la emigración en los 60 cuando mucha gente se trasladó a Cataluña para trabajar en el sector textil. En Tarrasa en concreto existe un barrio completo de enguerinos. Desde esos parámetros somos un pueblo solidario”, concluyó.