La comunidad tuvo en marzo una media de 42.776 trabajadores foráneos, casi un 20% más que hace un año

El frenazo inmobiliario, cuyos efectos aún no se han dejado sentir con toda su crudeza en Galicia, reducirá considerablemente la capacidad de la comunidad para atraer mano de obra extranjera. Una cuarta parte de los foráneos afiliados a la Seguridad Social en la autonomía trabajan en el sector del ladrillo, muchos de ellos procedentes de Europa del Este y Portugal. Los empleos asociados a los servicios y a la construcción residencial han permitido a Galicia incrementar considerablemente la ocupación extranjera hasta el punto de que la cifra actual, 42.276 personas, casi duplica la de finales del 2006.

«Es muy probable que el ritmo de crecimiento del número de trabajadores extranjeros sea más bajo en los próximos meses por la desaceleración de la construcción, que aquí todavía no se ha notado con fuerza», precisa Maica Bouza, economista del gabinete técnico de Comisiones Obreras. En el Gobierno gallego argumentan que con los datos existentes ahora no es posible todavía aventurar si se frenará el ritmo de incorporación de extranjeros. Sin embargo, el desglose por sectores de las ocupaciones de los inmigrantes en Galicia indica que sí, salvo que la comunidad modifique su estructura productiva en un corto plazo de tiempo. La autonomía carece de una agricultura intensiva.

La desaceleración en el ritmo de incorporación de empleados foráneos (que ha sido muy inferior a la media española), según los expertos, supone una mala noticia para una comunidad envejecida y azotada por una fuerte crisis demográfica.

Cifras multiplicadas por seis

En los últimos años, Galicia ha pasado de tener 6.864 extranjeros afiliados a la Seguridad Social – como mostraban los datos oficiales a 31 de diciembre de 1999 – a los 42.620 (el 2,06% del total nacional) que se contabilizaron el pasado 31 de marzo, lo que se traduce en que los trabajadores foráneos que han elegido la comunidad para instalarse se han multiplicado por seis en escasamente un decenio.

El mayor incremento de afiliaciones se ha producido en los últimos cuatro años. La subida más cuantiosa se registró en el 2005 con respecto al ejercicio anterior, con un ascenso superior a los 8.000 trabajadores, al pasar de 19.387 a 27.415 inmigrantes . Las cifras, aunque siguieron en claro ascenso, se moderaron en los ejercicios siguientes, con incrementos de 5.455 trabajadores en el 2006 y de 6.415 en el pasado año, mientras que en el primer trimestre del 2008 el número de inmigrantes afiliados subió en 3.335 en Galicia.

Por lo que respecta a las provincias con mayor atractivo para los trabajadores extranjeros, Pontevedra sigue estando a la cabeza, seguida de A Coruña, Lugo y Ourense, mientras que en el mapa nacional son Cataluña, Madrid, la Comunidad Valenciana y Andalucía las que más inmigración emplean.