La Liga Norte exige el Ministerio del Interior a Berlusconi
El partido de Bossi quiere controlar las políticas de seguridad e inmigración
La Vanguardia, , 22-04-2008MARÍA-PAZ LÓPEZ – Roma. Corresponsal
VIEJOS REMEDIOS POLÉMICOS El aspirante a Interior anuncia patrullas de voluntarios contra el crimen en Italia
La porfía entre socios del futuro Gobierno de Italia ha comenzado a amargar la copiosa felicidad de los vencedores de las elecciones, celebradas hace una semana. La Liga Norte, el partido federalderechista de Umberto Bossi, convertido en virtud de las urnas en fuerza decisiva para el Ejecutivo de centroderecha que presidirá Silvio Berlusconi, da por hecho que obtendrá el Ministerio del Interior, que anhela para gestionar de modo directo dos de las grandes obsesiones de su electorado en el norte y nordeste del país: seguridad e inmigración ilegal.
Así fue negociado, según Umberto Bossi, en su encuentro con Berlusconi del domingo por la tarde en la mansión de il Cavaliere en Arcore, cerca de Milán. Ayer, sin embargo, Berlusconi le paró los pies. En declaraciones a una emisora, el futuro primer ministro alertó de que en su equipo de Gobierno “no hay aún cosas ciertas y definidas; todo concluirá cuando tenga preparado el panorama completo de las 60 personas que lo formarán, y creo que habrá sorpresas”. Más tarde, él mismo anunció las prioridades de su Ejecutivo, que coinciden con las demandas liguistas: seguridad ciudadana y federalismo fiscal. El nuevo Parlamento tomará posesión el 29 de abril.
Bossi había aparecido anteayer exultante tras la cumbre bilateral Berlusconi-Liga Norte, después de un primer encuentro a cuatro bandas en Roma junto a los otros dos aliados (Alianza Nacional y el Movimiento por la Autonomía del Sur), del que se marchó airado diciendo que él sólo negocia con il Cavaliere.En Arcore, según Bossi, se acordó que la Liga Norte recibiría tres ministerios, además de la vicepresidencia del Gobierno: Interior, Reformas y Agricultura. Esgrime para exigirlos sus tres millones de votos, que apuntalan la mayoría del Pueblo de la Libertad (PdL) de Berlusconi y Gianfranco Fini.
El propio Bossi asumiría Reformas – cartera que ocupó en el anterior Ejecutivo de Berlusconi, y de la que dimitió en el 2004 después de sufrir un ictus-, un ministerio desde el que planea introducir el federalismo fiscal. Interior iría a parar a Roberto Maroni, ex ministro de Trabajo; y Agricultura sería para Luca Zaia, a sus 40 años vicepresidente de la región del Véneto. Roberto Calderoli, ex ministro de Berlusconi que cosechó fama internacional hace dos años por su camiseta contra el islam en plena crisis por las viñetas danesas sobre Mahoma, se convertiría viceprimer ministro.
El inminente regreso a los palacios del poder romano de los líderes padanos ha dejado tan fuera de combate a sus detractores que nadie parece reparar en que las medidas que anuncian para combatir el crimen y para frenar la inmigración clandestina no constituyen novedad en su ideario. Así, el posible ministro del Interior, Roberto Maroni, relanzó ayer desde el Corriere della Sera la idea de las patrullas de vigilantes civiles voluntarios contra el crimen, que de hecho funcionan ya en Ayuntamientos del norte del país gobernados por liguistas.
“Esas rondas no tienen poderes de policía judicial, sino de prevención”, arguyó Maroni, quien sostiene que Italia vive una situación de emergencia en materia de criminalidad “vinculada a la inmigración, sobre todo clandestina. Prodi ha perdido las elecciones por eso y por los impuestos. Nosotros las hemos ganado por el énfasis en seguridad ciudadana y en federalismo fiscal”. La Liga Norte, convertida en tercera fuerza política del país, ha sido capaz de vehicular esos dos malestares, seguridad y economía, de las ciudades del norte, donde dispone de doscientos alcaldes.
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