Los polizones del «Mira» permanecieron encadenados con grilletes durante un mes
ABC, 22-04-2008ERENA CALVO
LAS PALMAS. Como animales. Así dicen que fueron tratados los ocho jóvenes polizones que desembarcaban la semana pasada en el Puerto de la Luz de la capital grancanaria. Viajaban a bordo del «Mira», un buque cementero de bandera panameña. Su capitán está acusado de lesiones por maltrato al grupo de indocumentados, de procedencia subsahariana.
Los indocumentados pasaron un mes encerrados en las bodegas de la embarcación, encadenados, sometidos a todo tipo de vejaciones y comiendo al día un solo mendrugo de pan, a veces algo más, que les pasaban dos de los 18 tripulantes del barco por caridad a través de una pequeña rendija de la puerta del habitáculo donde estuvieron confinados.
Los africanos se colaron en lo que se convirtió en su particular cárcel flotante en el puerto de Dakar y fueron descubiertos ya en alta mar. Durante un mes disfrutaron de un camarote, pero el capitán que había dado esa orden fue sustituido por otro cuando el buque alcanzó Turquía, hace treinta días.
Ahí empezó su tormento, que denunciaron nada más desembarcar en Gran Canaria. Los «sin papeles» relataron que les encerraron bajo llave en las bodegas y que recibieron insultos y maltratos físicos de toda la tripulación. Les encadenaron con grilletes y no podían abandonar el pequeño habitáculo. Ni para hacer sus necesidades, que según fuentes policiales, estaban tiradas entre mantas, botellas y bolsas. Los tripulantes ni siquiera las vaciaban. Aún así aguantaron. Sólo dos de ellos tuvieron que ser atendidos en el Hospital Doctor Negrín al presentar síntomas de desnutrición. Los tripulantes del «Mira» y su capitán, el turco Ismail Arif Bostan, negaron el relato de los polizones ante el juez, que continuará ahora con la práctica de las diligencias.
Aseguraron, además, que informaron de la presencia de los polizones en el barco a las autoridades de Marruecos, Turquía e Israel cuando tocaron sus puertos, pero en todos los casos les impidieron desembarcarlos.
Huían de la guerra
Seis de los indocumentados, tres de Sierra Leona y tres de Sudán, – los otros dos son de Guinea Conakry – declararon que se escondieron en el barco para huir de los conflictos bélicos de sus países. Querían llegar a Europa para pedir asilo político. La primera parte ya la han conseguido. Ahora tendrán que permancer en las Islas a la espera de un papel, de un seguro de vida.
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