Joaquín Ramírez, un compatriota portador del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), vive aún momentos de preocupación, ya que su deportación a El Salvador desde Canadá es inminente luego de que a mediados del año pasado fracasó la solicitud de asilo que hizo durante su asistencia a una conferencia sobre VIH celebrada en 2006.

En una reciente publicación del portal Thestar.com, se retoma su caso manifestando que sus argumentos para pedir asilo violado por tres policías, quienes le habrían amenazado de muerte no impresionaron al Consejo de Inmigración y Refugio de Canadá (CIRC), entidad que preguntó porqué no demandó protección a las autoridades de El Salvador.

Ramírez declaró al periódico que no le dije a nadie de lo ocurrido porque sentía vergüenza de sí mismo. No lo dije a la Policía. No se lo dije a las personas en el hospital. No se lo dije a mi propia familia.

El compatriota agregó en su declaración: ¿Cómo podía acudir a pedir protección a las mismas personas que me hicieron esto?.

Se calcula que unos 160 delegados a la conferencia de Toronto de 2006 solicitaron asilo en Canadá, pero Ramírez es de los pocos a los que se les negó el beneficio.

En su decisión, en mayo pasado, el funcionario de la Oficina de Refugio Chimbo Mutuma dijo que no creía que Ramírez dejara el país por el asalto, y que era algo planificado de antemano.