MUNDO
Benedicto XVI anima a Estados Unidos a aceptar la diversidad de los inmigrantes
Arremete contra los católicos que inspiran hostilidad hacia los ilegales, a los que culpan de la pérdida de puestos de trabajo
La Verdad,
,
18-04-2008
Primero, los abusos sexuales. Luego, la guera de Irak. Y este jueves, la inmigración. Uno a uno, el Papa Benedicto XVI ha ido tocando todos lo temas espinosos del horizonte estadounidense – salvo la pena de muerte – . En su primera misa de masas, celebrada en el estadio de béisbol de los Nationals, ante más de 45.000 personas que empezaron a llegar a las 5 de la madrugada, el Santo Padre pidió a EEUU que acepte la diversidad de los inmigrantes de acuerdo a su tradición.
El catolicismo no es la fe predominante de EE UU pero gracias al flujo continuo de inmigrantes que cruza la frontera del Río Bravo en busca del sueño americano el país se ha convertido en el tercer país con más católicos del mundo, después de Brasil y México. Benedicto XVI calificó el crecimiento de la Iglesia en EEUU «como el capítulo más grande de la expansión de la Iglesia después de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés».
Tras recordar la creación de la primera diócesis católica en Baltimor, el líder de la iglesia católica aseguró que«doscientos años después la Iglesia en EEUU tiene buenos motivos para alabar la capacidad de las generaciones pasadas para aglutinar grupos de inmigrantes muy diferentes», agradeció.«Al mismo tiempo, la comunidad católica de este país, consciente de su rica multiplicidad, ha apreciado cada vez más plenamente la importancia de que cada individuo y grupo aporte su propio don particular al conjunto. Ahora la Iglesia en EE UU está llamada al futuro», advirtió.
Ruptura de las familias
El jefe del Vaticano ya habló de la situación de los católicos que llegan a EEUU con el presidente George W. Bush durante la conversación que ambos sostuvieron en privado el miércoles en la Casa Blanca. Allí le expresó su preocupación por la ruptura de las familias que se ven separadas cuando uno de los progenitores es expulsado del país, dejando atrás a los hijos nacidos en EEUU.
Este jueves le tocó el turno del rapapolvo a los católicos que estén inspirando esa hostilidad hacia los inmigrantes ilegales que se ha despertado en EE UU, particularmente en las zonas industriales más depauperadas, en un momento de recesión económica en el que es fácil echarle la culpa a los inmigrantes por los puestos de trabajo perdidos.
«Percibimos signos evidentes de un quebrantamiento preocupante de los fundamentos mismos de la sociedad: signos de alienación, ira y contraposición en muchos contemporáneos nuestros. Aumento de la violencia, debilitamiento del sentido moral, vulgaridad en las relaciones sociales y creciente olvido de Dios», recriminó. Tan claro era el tema principal de esta primera gran homilía pública que Ratzinger eligió acabar su alocución en español.
En este idioma respaldó tácitamente los controvertidos esfuerzos de muchas parroquias de EE UU que en los últimos años se han convertido en santuario de los inmigrantes indocumentados que buscaron refugio en ellas cuando las autoridades migratorias les persiguieron para expulsarlos de EE UU.
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