La Casa de la Caridad alerta del aumento de jóvenes en situación de extrema necesidad
La entidad destaca la llegada masiva de valencianos con enfermedades mentales y adicciones
Las Provincias,
,
16-04-2008
“Aquí me han salvado la vida y ahora quiero salir adelante.” P. B., valenciana de 32 años, reside en la Casa de la Caridad desde hace un año. Dentro de seis meses finalizará un programa contra el alcohol y será entonces cuando emprenderá “una nueva vida”, apunta la joven.
Su caso no es aislado. La Casa de la Caridad alerta de la creciente llegada de jóvenes valencianos en situaciones de extrema necesidad, con enfermedades mentales y adicciones. “La mayoría proviene de familias desestructuradas que no han conseguido encontrar una red de apoyo. Se ven desbordados y acaban en la calle”, según explica a LAS PROVINCIAS la responsable del Área de Trabajo Social de la institución centenaria, Cristina Sánchez.
El Informe sobre la Pobreza en Valencia 2007 elaborado por la Asociación Valenciana de la Caridad constata también el aumento de españoles jóvenes, entre los 21 y los 40 años.
Esta franja de edad representa casi el 60% de los usuarios del comedor, casi el doble de los mayores de 65 años, que se sitúan en un 30,07%. Uno de los principales motivos es la mayor presencia de inmigrantes , aunque desde el centro apuntan que el 75% de estos jóvenes son valencianos.
El perfil de P. B. se ajusta al tipo de usuario que con mayor frecuencia accede ahora al centro. P. B. llegó hace un año y sólo acudía para comer y asearse. Sin embargo, el empeoramiento de su alcoholismo le obligó a instalarse definitivamente. “Vine gorda, hinchada por la bebida y la verdad es que he mejorado muchísimo”, contó la joven.
Su deseo es independizarse: “Quiero tener mi propia vida y no volver a beber nunca más”, afirmó la joven. Mientras busca un empleo estable, obtiene como ayuda 150 euros al mes en el taller prelaboral de encuadernación que desarrolla la Casa de la Caridad.
Y es que además de cubrir sus necesidades básicas, el 72% de los usuarios de otros servicios de la entidad – como el Centro de Día o los talleres de formación y comunicación – son también jóvenes.
Cristina Sánchez explica que, detrás de la llegada de jóvenes hay una problemática social añadida, “porque aquí no tenemos recursos específicos y si alargan sus estancias, se nos acaba escapando de las manos”, añade.
Inmigrantes sin trabajo
La Casa de la Caridad ha registrado en los últimos meses un aumento del 40% de los servicios de comedor para la población inmigrante. El incremento del desempleo en los sectores agrario y de la construcción ha causado una subida de la llegada de usuarios extranjeros al centro. “Lo estamos notando en los últimos meses y parece que es una tendencia que va a continuar a lo largo de todo 2008”, señala la trabajadora social Cristina Sánchez.
El centro presenta estas conclusiones después de elaborar más de 5.000 entrevistas al año. La realidad es que la evolución de la presencia de inmigrantes en el comedor – de carácter gratuito – sigue un ritmo creciente desde 2006, primer año en su historia en el que el número de extranjeros superó, en un 8%, al de españoles. En 2007, las diferencias se ampliaron: el 26,7% de los comensales eran españoles, frente al 73,3% de extranjeros.
“No tengo familia, aunque sí hermanos… pero como si estuviera solo. He venido a Valencia para ir al médico y como no tengo dónde comer, estoy aquí”, explica un usuario, vecino de Castellón, a las puertas del centro.
La institución sirve diariamente 500 raciones de comida, entre desayunos, comidas y cenas. Además, el centro entrega a los usuarios que no pernoctan en el albergue tres bocadillos y una pieza de fruta como cena. En todo el año, de su cocina salen 140.000 raciones de alimento para dar de comer a cerca de 180.000 personas necesitadas que acuden a la caridad cuando no les queda otra salida.
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