Un ex 'latin king' relata que le dieron una paliza para entrar

El Mundo, XIANA SICCARDI, 16-04-2008

Piden seis años de cárcel para dos jóvenes que le agredieron y persiguieron durante varios meses por haber abandonado la banda Para entrar en los Latin Kings sólo se necesitan dos cosas: 5 euros y quedarse quieto entre «tres y cinco minutos» mientras los demás integrantes te dan una paliza. Esta fue una de las revelaciones sobre esta tribu urbana – constituida asociación cultural hace un año – que se escucharon ayer en el juzgado de lo penal número 19 de Barcelona. El proceso se inició a partir de la denuncia de un adolescente de 15 años que, tras entrar en la banda quiso salir, recibiendo la negativa y unas reiteradas amenazas por parte de sus integrantes. La Fiscalía acusa a sus dos agresores de un delito de coacciones y otro de robo con intimidación, y solicita seis años de cárcel y la prohibición de acercarse a él, a su familia y a su escuela a menos de mil metros durante tres años.


Todo comenzó cuando el joven boliviano Jean Pool C.R., ingresó en los Latin Kings de manera voluntaria, en abril de 2006. Cumplió con el rito iniciático de entrada. Pero, tras acudir a algunas de sus reuniones, un mes más tarde decidió dejar el grupo, sus encuentros, y el abono de la cuota que el grupo imponía. De hecho, ni se lo comunicó a sus integrantes «por temor a que le dieran una paliza, que era lo que hacían cuando uno intentaba dejar la banda», según consta en el relato de los hechos de la fiscal.


Al mes siguiente, uno de los dos acusados, Charly David V.D., también perteneciente por entonces a esta banda, se encontró con el joven y le dijo que debía volver y pagar las cuotas. Ante el temor de que se cumpliera lo que decía, Jean Pool C.R. se marchó hasta septiembre a Madrid, a casa de su hermana.


Fue el día 21 de aquel mes cuando el otro acusado y también latin, Erik Adrián V.M., se encontró con Jean Pool en la confluencia de las calles Marina y Travessera de Gràcia de Barcelona. Le dijo que tenía que ir a las reuniones, antes de propinarle dos puñetazos – uno en la cara y el otro en el costado – , y le dijo que al día siguiente acudiría a su instituto para cobrar la deuda de 150 euros que había contraído con la banda, no sin antes robarle su reproductor de MP3.


La venganza por el abandono no se materializó hasta el 2 de octubre de 2006, cuando Jean Pool salía de clase. Vio al acusado Erik Adrián V.M., y se escondió en las dependencias del colegio. Un intermediario, que estudiaba con él, le dijo que el imputado quería «que saliera por las buenas, o él entraría por las malas», e inmediatamente la víctima llamó a su madre y a la policía.Cuando llegó al lugar, el agresor se había marchado. El 5 de octubre ocurrió algo parecido, también a las puertas del centro educativo, cuando los dos procesados le exigieron que volviera a la banda. El joven volvió a llamar a la policía, que se personó en el lugar e identificó a los agresores.


La Fiscalía acusa a los dos agresores de un delito de coacciones, por el que pide dos años de cárcel – a los que se sumarían otros dos para Erik Adrián V.M. por robo con intimidación – , y la prohibición de acercarse a la víctima, a su familia y a su escuela a menos de mil metros durante tres años. El fiscal señaló que, si bien ahora está constituida como asociación cultural, los Latin Kings son una «banda agresiva», como demuestra la prueba de admisión, «algo tan cultural como aguantar una paliza». Los procesados remarcaron que ya no son miembros del grupo.


La sombra sigue planeando sobre el Sant Josep de Calassanç


Se da la circunstancia de que el instituto en el que estudiaba Jean Pool C.R. es el Sant Josep de Calassanç, situado en la calle de Sant Quintí de Barcelona, junto al que perdió la vida de una puñalada en el corazón otro joven, Ronny Tapia, tras haber sido confundido por un miembro de los Lating Kings por un grupo de ‘ñetas’, su banda rival, el 28 de octubre de 2003.


Los dominicanos José Antonio Méndez, alias Che, de 20 años de edad; Sandy Benítez, alias Bolón, de 21 años, y Yohan Smith, de 20 años, fueron condenados en abril de 2005 a 17 años de cárcel por la muerte del estudiante. Se trataba de los jóvenes mayores de edad implicados en el crimen, aunque también fueron condenados otros tres menores de origen ecuatoriano por estos hechos, a ocho años de internamiento.

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