La iniciativa de la delegación local de Cáritas Parroquial se dio de bruces con las inclemencias del tiempo que jugaron en contra de la programación prevista con motivo de la celebración del Día contra el Racismo y la Xenofobia en la localidad jarrera.

A diferencia de ediciones anteriores, en las que la Plaza de la Paz presentó un nivel de participación mucho más elevado, en ésta apenas fueron decenas de vecinos los que se acercaron al mismo espacio de la ciudad para comprobar que las degustaciones de productos típicos de otros países, realizadas por inmigrantes con domicilio en el municipio jarrero, salvaban los trastos amparándose de la lluvia que hizo acto de aparición a media mañana protegiéndose bajo el porche del edificio consistorial. Y, sobre todo, para confirmar que el resto de las actividades organizadas por la ONG acabarían deslucidas a consecuencia de las inclemencias del tiempo.

Especialmente las exhibiciones de baile tradicional de Sudamérica que la organización, como solución, propuso llevar a cabo en el quiosco de la Paz y los intérpretes decidieron realizar, a pesar de la lluvia, a pie de calle para poder ser vistos sin mayores dificultades por el público que se resguardaba del agua bajo las arcadas.

Cierto que el número de asistentes, a los que se recordó buena parte de los sucesos que tuvieron lugar en Sudáfrica durante el mantenimiento de la política de ‘apartheid’ por parte del Gobierno de Pretoria, y como consecuencia de ello de muchas de las vejaciones que las autoridades y los servicios policiales hicieron de los derechos fundamentales de los ciudadanos negros, resultó mucho más bajo. No menos importante, en todo caso, que en las circunstancias tan adversas en que se desarrollaron las actividades programadas, otorgó un plus de importancia a la implicaciones de los asistentes en la lucha por la igualdad de las razas.