JOSÉ ANTONIO JIMÉNEZ, SECRETARIO DE LA ASOCIACIÓN PARA LA PROMOCIÓN GITANA DE LA RIOJA

«En la tierra sólo existe una estirpe: la raza humana»

El portavoz de la entidad riojana aboga por «la educación» para que los gitanos se integren, aunque también pide un esfuerzo para «conocer nuestra cultura»

El Correo, F. CABALLO, 31-03-2008

Durante estas recientes fechas se han realizado diversas actividades para promover la tolerancia y evitar el racismo entre las diferentes culturas que pueblan La Rioja. La Asociación para la Promoción Gitana es una de las que más colabora para erradicar esta lacra. Su portavoz y secretario, José Antonio Jiménez, asevera que «sólo existe una estirpe en la tierra: la raza humana. Hay que trabajar la interculturalidad, la educación lo es todo», aunque cree que llevará tiempo porque «los prejuicios se crean en años, pero tardan siglos en desaparecer. Estamos condenados a entendernos, pero existe cierto rechazo en ambas partes».

-¿Qué funciones realizan en la asociación?

-Un poco de todo. Dar a conocer la cultura gitana, que los medios escriban sobre nosotros correctamente, sin añadir coletillas, pero sobretodo educamos. Poseemos un índice de analfabetismo importante. Desde hace 6 años realizamos cursos de formación para paliar todo esto. Debemos apostar por la educación. Hemos logrado que el absentismo escolar se reduzca en un número importante, aunque aún un 98% de nuestros niños no acaba 4º de la ESO.

-Es una lástima que haya tal desconocimiento de un pueblo que lleva tantos siglos en España.

-El otro día pregunté a un niño de 4º de Secundaria si sabía algo de nosotros y no me supo responder. Los gitanos llevamos 600 años aquí, desde antes de la unificación de España. Vinimos de la India y nos establecimos en estas tierras porque en esas épocas el Finisterre era el fin del mundo. A partir de ahí, hemos sido reprimidos. Hasta la entrada de la democracia había códigos de represión contra nosotros. Ahora sigue habiendo actitudes racistas. Lo que se desconoce se teme y el Gobierno y las administraciones no saben cómo es nuestra cultura. Además, hacen poco por comprenderla.

«Creencias fuertes»

-¿Les ha perjudicado la llegada de inmigrantes de otras zonas del planeta?

-Esto ha sido negativo y positivo para nosotros. Nos ha perjudicado porque esas personas suelen trabajar en los oficios que solíamos hacer nosotros, pero nos ha beneficiado por los derechos sociales que se han establecido en los últimos tiempos, mientras que antes sólo había políticas pragmáticas que decían: únete a la mayoría. No estamos dispuestos a abandonar nuestras creencias.

-¿Cuál es la solución a este problema?

-Está claro. Dentro de las aulas hay que trabajar la interculturalidad. Esa riqueza hay que aprovecharla, estamos condenados a entendernos. Actualmente, el 20% de la población de 0 a 20 años es inmigrante. Es una pena que de 171 textos obligatorios en la Educación Primaria y Secundaria, tras 51.023 páginas, sólo haya 17 líneas que hagan referencia a los gitanos. Debemos darnos a conocer y coger lo positivo de cada cultura, que es lo verdaderamente enriquecedor.

-Pero también los profesores deberían de conocer la singularidad de su pueblo…

-Existe mucha ignorancia en el profesorado. A un chaval gitano de 13, 14 ó 15 años la peor humillación posible es que se le llame la atención en público. Si haces eso ya lo tienes en contra, pero si en cambio, lo llamas en privado y le recriminas su conducta, te lo habrás ganado. Esos matices son los importantes. La figura del mediador social en las clases es vital para hacer comprender al profesor ciertas actitudes.

-¿Se ha sentido discriminado?

-Sí, y en nuestra entidad tratamos de rebelarnos contra eso. Demandamos a una inmobiliaria que no quiso vender un piso a unos gitanos. También, varios bares de Logroño se han cerrado por no dejarnos entrar sin ningún motivo aparente. Aún se notan muchos los prejuicios. Que la gente te mire mal o que una señora cuando pasemos se agarre instintivamente del bolso duele y mucho. Sólo existe una estirpe: la raza humana. Genéticamente todos somos iguales. Lo que nos pesa es la diferencia de clases. Si yo fuera Stoichkov o las Azúcar Moreno me pedirían autógrafos.

«Muchas penurias»

-¿En qué situación se encuentra la población gitana de La Rioja?

-Aquí pasamos por muchas penurias. La vida del campo, que era una gran parte de nuestro sustento, se ha mecanizado. Quedan pocos mercados porque la tiendas de los chinos nos han hecho mucho daño. El problema es que tenemos poca cualificación profesional y nuestra condición social es baja.

-¿Piensa que deberían realizar políticas de discriminación positiva?

-Sin duda. No hay que rasgarse las vestiduras y escudarse en que sólo se favorece al extraño, nosotros también somos españoles. Partimos en clara desventaja y nos tendrían que ayudar a formarnos, ya que cuesta muchísimo dinero y no nos lo podemos permitir. Hay que ofrecer las mismas oportunidades a todos.

-Parece que no están muy contentos con el trato que les dispensa la sociedad…

-Mira. Un riojano ilustre como el Marqués de la Ensenada que tiene calles, estatuas e institutos, para nosotros es un genocida. Intentó masacrar en tres días a 14.000 gitanos. Eso nunca ha salido a la luz y hay que conocerlo.

-¿Cómo ven los gitanos a los payos?

-La gente que ha nacido antes de la democracia ve al payo como el enemigo, ya que sólo conocían la figura del guardia civil que nos tiraba la comida y nos encarcelaba por nada. Ahora existe cierto rechazo por el contexto cultural en el que vivimos. De los 600 años que llevamos aquí pesa más lo negativo que lo positivo. Los prejuicios se crean en años, pero tardan siglos en desaparecer; aunque estamos trabajando para mejorar todo esto. No obstante, requiere su tiempo.

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