La masificación de la Costa Occidental empieza a ser un problema. La cuarta parte de la provincia de Málaga reside en esta zona según un reciente estudio del Instituto de Estadística de Andalucía (IEA). Sólo Mijas, Marbella, Torremolinos, Benalmádena y Fuengirola soportan el 24,27 por ciento de la población total. El crecimiento del número de habitantes de estos municipios, especialmente de Fuengirola, Mijas y Benalmádena, ha sido considerablemente superior a la media andaluza y regional en la última década.

El informe ‘Municipios andaluces. Datos básicos 2008’ revela que la mayoría de los residentes de la Costa del Sol nacieron fuera de la provincia, muchos de ellos extranjeros que han convertido el litoral malagueño en su primera residencia. De hecho, uno de cada diez extranjeros que viven en la Comunidad Autónoma tiene su domicilio en Fuengirola, Mijas o Benalmádena, sin contar los que no se encuentran empadronados.

Se trata, sin embargo, de una población flotante a juzgar por el elevado saldo migratorio (la diferencia entre emigraciones e inmigraciones) que arrojan las tres localidades, especialmente Fuengirola con un 3,5% frente al 1,11% de la media provincial.

Mayores

Los municipios de la Costa Occidental tienen una población envejecida. Si bien es verdad que el número de nacimientos en las tres localidades supera al registrado en Málaga y Andalucía en relación al número de habitantes, sus residentes tienen una media de edad superior como consecuencia de la población extranjera, muchos de ellos mayores que deciden disfrutar de su jubilación en los municipios costasoleños.

Su elevado poder adquisitivo eleva, sin embargo, la renta per cápita media de la Costa. Este aumento poblacional no se ha correspondido, en la mayoría de los casos, con un incremento proporcional de los servicios y ha provocado una masificación, por ejemplo, en el sistema público educativo. Así, todos los municipios mencionados tienen más alumnos de media por profesor que el resto de la provincia y de Andalucía.