Primero fue decir que todo va bien para ganar las elecciones y ahora, reconocer por fin que todo empeora para pedir a los grupos políticos que sean responsables y den la máxima estabilidad al PSOE en su nueva etapa en el poder. El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, dispone de análisis internos que temen que la economía española concluirá 2008 con una desaceleración inesperadamente intensa en lo que será el mayor retroceso en tan corto periodo de tiempo desde 1993.

Según ha podido saber EL MUNDO, los datos que maneja el Gobierno actualmente son, si no se deteriora aún más la situación, que la economía española crecerá a final de año ya por debajo del 2% y comenzará 2009 a un ritmo de apenas entre el 1,5% y el 1,8%. No se recordaba un incremento tan bajo del PIB desde los últimos gobiernos de Felipe González. Es similar al del primer trimestre de 1996, último dato comparable en las series del Instituto Nacional de Estadística.

Se trata de un cambio radical de tendencia, porque la misma economía nacional crecía en el cuarto trimestre de 2007 a un ritmo del 3,5% y, en el primero de este año aún está rondando oficialmente el 3% por la inercia de los años pasados. Por tanto, la desacelaración no va a ser suave como defiende oficialmente el vicepresidente segundo del Gobierno en funciones, Pedro Solbes, sino la mayor desde los trimestres aciagos de caída tras los Juegos Olímpicos de 1992. No se prevé la entrada en recesión como entonces, pero sí una caída brusca como no se recordaba desde aquella época.

Solbes sostiene oficialmente una previsión oficial del 3,1% para este año y no tiene previsto modificarla antes de junio, pero no se la cree ni él. Una primera señal es que el propio Instituto de Crédito Oficial (ICO) dependiente de Solbes, ya mete la tijera en las previsiones y apuesta por un crecimiento no superior al 2,7% para este año. Así lo acaba de desvelar este organismo en el panel de analistas que reúne habitualmente la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas).

El ICO, adscrito al Ministerio de Economía, modifica a la baja insólitamente todas las previsiones oficiales que anunció Solbes el pasado diciembre e incluso reconoce abiertamente un aumento de la tasa de paro al menos en la primera mitad de la legislatura en contra de la promesa electoral socialista de pleno empleo. Y eso que el ICO se muestra aún en los datos proporcionados a Funcas más optimista que los citados análisis que maneja internamente el Gobierno.

En la misma línea de cambio a la baja, el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, – también de la confianza de Solbes – , tiene previsto reaparecer hoy en público con su discurso más pesimista desde que tomó posesión en 2006. Los estudios internos del Banco de España apuestan por un crecimiento medio del 2,5% este año en el mejor de los casos con una tasa a final de 2008 ya rondando el 1,5%. Según Funcas, la OCDE y un total de 14 servicios de estudios de instituciones como la Caixa, el Banco Santander o el BBVA, coinciden como media en este pesimismo del Banco de España y ven demasiado optimista al ICO y, por supuesto, utópico a Solbes.

El problema es que han coincidido en el tiempo el pinchazo del sector inmobiliario con una crisis crediticia internacional sin precedentes. Todo ello complicado con una subida espectacular del precio del gas y el petróleo con el consiguiente efecto en la inflación, lo que impide al Banco Central Europeo bajar los tipos de interés. Además, la industria española no está repuntando para coger el relevo del sector de la construcción y se desaceleran las importaciones, al caer el consumo nacional, y las exportaciones, ante la fortaleza del euro, entre otros factores.

La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, María Teresa Fernández de la Vega, sorprendió el pasado viernes en su rueda de prensa al término del Consejo de Ministros alertando sobre la situación económica sin que nadie le preguntara. Y también reveló que Zapatero dedicará buena parte de su discurso de investidura a este asunto.

El líder del PSOE hará un llamamiento a los grupos políticos para que apoyen las medidas de relanzamiento económico del Ejecutivo, empezando por la cuestionada – por poco eficaz, al no ir dirigida a las rentas más bajas – rebaja fiscal de 400 euros. El pesimismo económico no era conveniente para los intereses electorales de Zapatero antes del 9 de marzo, pero ahora le puede convenir que aflore para que los grupos políticos apoyen su investidura por responsabilidad ante la difícil situación.

Aunque se explaye en su discurso de investidura, Zapatero apenas tocó el tema, salvo para elogiar la fortaleza de la economía española, en sus mítines electorales o intervenciones durante la campaña. Apenas el pasado 6 de febrero, el presidente aseguraba: «En 2008 mantendremos una consistente creación de empleo, con una tasa de paro que esperamos que esté por debajo del 8,5% (…) Nosotros mantenemos que en la próxima legislatura, décima arriba, décima abajo, el potencial de la economía española es estar en torno al 3%, que es un buen crecimiento».

«Es verdad que en el primer trimestre de 2007 estábamos en el 4,1%», añadía, «pero es un crecimiento excepcional, es un crecimiento de sobresaliente o matrícula de honor. Por tanto, cuando hay un contexto internacional de desaceleración del ciclo o de frenazo del ciclo, que ha durado muchos años, de crecimiento en la economía, es lógico que nuestra economía se vea afectada; pero lo va a estar en términos muy razonables».

Los estudios de Funcas no los ven tan razonables. El problema es que con una desacelaración tan intensa aumentará la tasa de paro en España, acercándose a finales de 2009 de nuevo al 10%.

El propio ICO sostiene, según Funcas, que la tasa de paro crecerá este año desde el 8,5% de 2007 hasta el 8,7% y, en 2009, al 9%. En contraste, la todavía vigente previsión oficial de Solbes es que esta misma tasa bajará en 2008 al 8,2%. Pero, de nuevo, incluso este cambio del ICO es considerado demasiado optimista por la media de las instituciones consultadas por los autores del informe.

Está muy extendido entre los expertos que España no es capaz de reducir la tasa de paro con crecimientos económicos inferiores al 3%, lo que ha llevado al PP a augurar centenares de miles de nuevos parados este año. Sin embargo, en el aparato económico del Gobierno creen que esa realidad del pasado puede cambiar por el aumento de la productividad. Solbes aún confía en que ésta crezca por encima del 1,2% en 2008, lo que permitiría crear empleo incluso con el citado retroceso de crecimiento.

El paro constituye el primer problema tangible para el Gobierno porque, además, va a proceder en buena parte del sector de la construcción. Es decir, de inmigrantes que, si no encuentran rápida alternativa, pueden provocar, según temen en el Ejecutivo, problemas adicionales de orden público.

El Gobierno prepara medidas, la mayoría conocidas, para los primeros consejos de ministros de la legislatura, pero el gran elemento de reactivación sería una rebaja del precio del dinero, lo que no depende de Zapatero, sino del BCE. Y su presidente, Jean Claude Trichet, dio muestras la pasada semana de que este recorte, que reduciría el peso de las hipotecas, no va a llegar antes del otoño, si es que llega.