Valencia alcanza el 14% de extranjeros y su población se sitúa en 810.000 habitantes
La ciudad vuelve a incrementar el número de empadronados con casi 10.000 vecinos más tras la caída sufrida el año pasado
Las Provincias,
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29-03-2008
La población de Valencia vuelve a aumentar tras la caída sufrida el año pasado, acercándose a los valores de 2006 gracias sobre todo a los empadronamientos de nuevos vecinos inmigrantes. Precisamente, uno de los puntos del día del pleno celebrado ayer sirvió para aprobar la cifra poblacional tras la revisión de las altas y bajas del padrón municipal, que se sitúa, a 1 de enero, en 810.064 habitantes. Se trata de una subida de cerca de diez mil nuevos vecinos propiciada por las altas de inmigrantes, que ya componen el 14,6% del total de residentes instalados en la ciudad.
En cifras concretas, hay 118.373 vecinos foráneos, y las nacionalidades más frecuentes siguen siendo la ecuatoriana (16.372), boliviana (16.081), colombiana (10.436) y rumana (9.836). También hay una importante presencia de las comunidades argentina (4.069), china (3.900), búlgara (3.484), pakistaní (3.544), marroquí (3.242), nigeriana (2.968) o brasileña (2.570).
Además, se ha incrementado la cifra de inmigrantes respecto al año pasado, teniendo en cuenta que en 2007 había empadronados 102.166 vecinos extranjeros.
La información más concreta sobre la procedencia de los vecinos de la capital está actualizada a 1 de enero de 2007, y establece que más de la mitad de los habitantes, 431.257, nacieron en Valencia ciudad. Otros 21.328 proceden del resto de la comarca de l’Horta, 65.794 de municipios de la Comunitat y 164.902 de otras comunidades españolas. Es previsible que las cantidades no varíen con la nueva actualización. Además, se mantendrá la preponderancia del género femenino, con más de 400.000 mujeres.
La población de Valencia ha tenido una tendencia alcista en los últimos ocho años, desde 2000, como consecuencia de la llegada de nuevos vecinos extranjeros. Pese a todo, los incrementos nunca fueron excesivamente elevados, ya que a la vez la capital ha sufrido en las últimas dos décadas una huida constante de personas hacia nuevas zonas residenciales del área metropolitana y otras poblaciones, una tendencia acentuada con el boom inmobiliario y el encarecimiento de los pisos situados en Valencia.
Pese al incremento, que permite a la ciudad alcanzar su máximo histórico, se trata de una cifra provisional, que tras la aprobación en el pleno se remite al Instituto Nacional de Estadística (INE) para su validación y posterior publicación por parte de la entidad pública.
Lo lógico es que la cifra descienda tras el filtro del INE, como ha sucedido en los años anteriores, ya que en esta fase se cruzan los datos de los padrones de todos los municipios con el objetivo de detectar los dobles empadronamientos por parte de personas inmigrantes que aparecen en más de una localidad. En este caso, el último es el que vale. Por ejemplo, es el caso de los temporeros que se empadronan en varias poblaciones en las que residen puntualmente mientras duran los trabajos.
En función de la información que aprueba el Instituto, se decide la financiación estatal de los municipios, de ahí que existan polémicas cuando desde el INE se reduce la cifra final de la población.
En el horizonte de los próximos 15 años, Valencia se convertirá en una ciudad pensada para un máximo de 890.000 vecinos, tal y como se establece en los documentos del Plan General de Ordenación Urbana, actualmente en fase de exposición pública. Aunque inicialmente se pensó en superar la barrera del millón de habitantes, se decidió contener el crecimiento físico de la capital en detrimento de la escasa huerta que aún la circunda.
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