san sebastián. DV. La Iglesia de Gipuzkoa prestó el año pasado ayuda humana y material a 27.000 necesitados a través de los 2.100 voluntarios que trabajan en los campos de Cáritas, Pastoral de la Salud y Pastoral Penitenciaria, dependientes de la Diócesis de San Sebastián. El delegado episcopal de Caritas, José Ramón Treviño, ofreció estas cifras en la presentación ayer de la campaña Iglesia solidaria, que se desarrollará este fin de semana para difundir la labor social que realiza la diócesis y de «hacer llegar la realidad de la pobreza, la soledad y el sufrimiento en una sociedad de bienestar».

En el acto estuvieron presentes, además, la delegada de la Pastoral de la Salud, Idoia Iturrioz; el responsable de la Pastoral Penitenciaria, Patxi Mugerza; y el secretario general de Caritas, José Emilio Lafuente, quienes dirigen los tres organismos a través de los cuales la Iglesia de Gipuzkoa desarrolla su labor social.

Treviño apuntó que la campaña busca dar a conocer «la importante labor social de la Iglesia diocesana y abrir las conciencias ante las diversas realidades de exclusión social existentes». Entre los 27.000 destinatarios de esta ayuda se encuentran enfermos con problemas de soledad, personas mayores, mujeres con precariedad laboral y maltratadas, inmigrantes sin recursos, personas sin hogar, enfermos de sida, personas encarceladas y pueblos del Tercer Mundo. El Delegado Episcopal desveló que la Iglesia guipuzcoana destina a estas acciones 4,5 millones de euros, de los cuales el 70% procede de donativos y el 30% restante de ayudas institucionales.

Como objetivos para la diócesis, señaló el «conseguir una sociedad más solidaria y humana, también desde las instituciones, con políticas sociales más efectivas y nuevas actitudes ante las situaciones de sufrimiento cada vez más silenciadas, como las de los inmigrantes sin papeles, enfermos mentales, ancianos, presos o excluidos».

José Emilio Lafuente, secretario general de Caritas, explicó que Cáritas atiende a 17.000 de esas 27.000 personas a través de sus servicios especializados, zonas, parroquias y cuatro fundaciones (Izan, Hurkoa, Sarea y Gizaide), para lo que cuenta con más de mil voluntarios. La acción realizada en 2007 alcanzó un gasto de más de 3,5 millones, de los cuales 1,2 se destinaron a atender situaciones de necesidad en zonas y parroquias, y otros 2,2 a proyectos y servicios especializados. De esta última cantidad, más de 1,3 millones se destinaron a proyectos de cooperación internacional en México, El Salvador, Eritrea, Etiopía e India.

Enfermos y vivienda social

En cuanto a los retos que se fija Caritas destacó la «necesidad de crear recursos sociosanitarios para atender correctamente las necesidades de personas afectadas por enfermedad mental, e instar a la Administración a que garantice el derecho a una vivienda para aquellas personas más necesitadas». En este punto apostó por establecer cláusulas sociales y un cupo de vivienda social en alquiler para los más desfavorecidos.

Desde la Pastoral Penitenciaria, Patxi Mugerza explicó que en ella colaboran 185 voluntarios autorizados a entrar en la prisión de Martutene y otros 200 desde el exterior, que ofrecen a más de 300 internos de Martutene y sus familias atención religiosa, jurídica, talleres y ayuda económica. Como objetivos, destacó la necesidad de «humanizar las cárceles, mejorar la atención sanitaria en las mismas y crear al menos una Unidad de Madres en Euskadi para evitar que las mujeres que dan a luz en las cárceles vascas sean separadas de sus hijos».

Por su parte, Iturrioz informó de que 700 voluntarios prestan atención a 6.000 personas dentro de la Pastoral de la Salud, atendiendo carencias tanto de tipo físico como afectivas y espirituales, y fijó como retos «una mayor humanización de los centros hospitalarios, con la creación de equipos de servicios espirituales y religiosos encargados del cuidado de las personas en su morir».