Detenidos seis rumanos por la muerte de un compatriota tras una brutal paliza
ABC, 27-03-2008J. UTRERA / A. MANSILLA
ZÚJAR. Un grupo de seis hombres de nacionalidad rumana, residentes en la localidad granadina de Zújar, fue detenido ayer por su presunta implicación en la muerte a golpes, uno de ellos con un palo con clavos en un extremo, de un compatriota durante una reyerta en la calle. La víctima, D. A. y de 34 años, había trabajado como jornalero en el campo y actualmente se encontraba desempleado. Las alarmas saltaron en el citado pueblo del Altiplano granadino poco antes de la medianoche del martes. A estas horas, un vecino que pasaba por la calle Parada del Herrero halló tirado en el asfalto el cuerpo sin vida de un hombre que yacía alrededor de un charco de sangre.
Una vez avisada la Guardia Civil, los agentes detuvieron en los alrededores del lugar a dos personas presuntamente implicadas en el homicidio. Otras, lograron huir. De inmediato se estableció un servicio de búsqueda y vigilancia para dar con estas últimas. En la manañana de ayer, la Policía Nacional pudo detener en el hospital comarcal a otros cuatro de los presuntos implicados.
Tras prohibir la salida de los vehículos del aparcamiento del centro médico y bloquear las salidas del mismo, fueron arrestados en los aseos del hospital, donde se encontraban escondidos.
Tarde de borrachera
Los motivos que desencadenaron la brutal paliza están siendo investigados, por el momento, por la Guardia Civil. Al cierre de esta edición, el equipo de la Policía Judicial tomaba declaración a los detenidos en la Comandancia de la capital de Granada con ayuda de un traductor. No obstante, sí existen hipótesis del porqué de tamaña agresión. El alcalde de Zújar, Juan José Pérez, señaló ayer que todo apunta a que se trata de un ajuste de cuentas entre la víctima y los compatriotas que lo mataron a palos. Pero no se manejan más datos sobre el mismo. Lo que nadie parece dudar es que la agresión se produjo después de una tarde de borrachera.
Según el alcalde zujareño, los inmigrantes no suelen crear problemas y son buenos trabajadores. Así lo comentan quienes los emplean. El primer edil reconoce «alguna vez se ha registrado alguna discusión, pero solo entre ellos; nunca con la gente del pueblo».
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