Los asentamientos contarían con puestos permanentes de policía para velar por la integración gitana

El vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, se destapó ayer en el Parlamento con una propuesta encaminada a zanjar el problema de realojo de chabolistas de etnia gitana en el entorno de las ciudades de Pontevedra y A Coruña, que fue acogida con sorpresa por buena parte de los diputados. El responsable autonómico de Benestar anunció que planteará a los concellos afectados la posibilidad de construir «poblados de transición» donde se alzan las chabolas para garantizar la integración de estas familias. Dichos poblados, además, contarían con un puesto permanente de policía para «protexer», según Quintana, a los gitanos que quieran realmente integrarse.

El número dos del bipartito lanzó su propuesta durante una interpelación parlamentaria de la diputada popular Susana López Abella, que reprobó el papel desempeñado por la Xunta en los desalojos de los poblados de O Vao y de Penamoa. Quintana, que se esforzó en todo momento en mostrar este tipo de problemas como «poliédricos», aguardó al final del debate para desgranar un paquete de propuestas con las que la Administración gallega dará, dijo, «un paso ao frente para buscar solucións».

El líder del Bloque dijo que la primera medida consistirá en proponer a los concellos de Poio, Pontevedra y A Coruña y a cualquier otro que pueda verse afectado por este tipo de conflictos sociales «instrumentos e itinerarios claros» para la integración de las familias gitanas. Y la medida estrella consistiría en crear poblados provisionales en el mismo ámbito en que se ubiquen las chabolas. No sería una solución «in eternis» ni tampoco se trataría de «crear guetos», recalcó el vicepresidente, sino que consistiría en una medida puente para promover la integración.

Los nuevos poblados que contribuiría a sufragar la Xunta contarían también con puestos permanentes de policía, pero non para «criminalizar» a sus residentes, sino para «protexer» a las personas que decidan iniciar la transición hacia una vida normalizada.

Una segunda medida consistiría en crear una «comisión permanente de integración» en los concellos afectados, que estaría liderada por el propio Ayuntamiento y con participación de la Xunta y el Estado, algo que se completaría con la puesta en marcha de programas individualizados de integración.