Uniformidad y fealdad

Diario Sur, Antonio Caparrós, 25-03-2008

Lo uniforma es feo, ¿no les parece? Por eso, pienso, la aberración a las formas que se suceden con monotonía. De ahí nuestra repulsión por todo aquello que supone igualación, nivelación indiferenciada. Nuestra mente disfruta con la variedad armónica, con lo diferente, lo insólito, lo que sale de la norma. De ahí, tal vez, la fascinación por las revoluciones y por los revolucionarios: Buda, Pericles, Jesús, Ghandi, Marx, Che Guevara Sin embargo, lo no uniforme también se teme, inquieta, aterroriza en muchos casos, probablemente por lo que conlleva de novedad, de no – conocido; de ahí el miedo que sentimos hacia el nuevo vecino que se acaba de instalar en nuestro edificio, en nuestro pueblo, en nuestra ciudad

Me gusta ver en mi derredor gente de todos los colores y culturas: norteafricanos, centroeuropeos, eslavos, sudamericanos, norteamericanos, chinos La humanidad es como una gran familia que habita una sola casa a la que, por cierto, hemos de cuidar todos si no queremos que enferme de un modo irreversible. El racismo, la xenofobia no tiene razón de ser, ni siquiera, desde el punto de vista del sentido común. Las patrias son sentimientos prefabricados por quienes tienen muchos intereses privados que salvaguardar con mentiras en la tribu. Las fronteras son líneas imaginarias que sólo existen en los papeles, el espacio y el tiempo (abstracciones desechas por Einstein en su cosmovisión antinewtoniana y antigalileica).

Recibamos al otro, al diferente, al hermano, con alegría. Sobre todo si viene a trabajar honestamente para hacer más próspera esta Andalucía y esta España abierta a los pueblos del mundo desde tiempos inmemoriales

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