Oxigenar el sur de Santa Coloma

El País, FERMÍN ROBLES, 25-03-2008

En las décadas de 1950 y 1960 Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès) fue el destino de varias oleadas migratorias que hicieron crecer la ciudad de manera rápida y desordenada hacia el sur, y montaña arriba, a lo largo de la Serra d’en Mena. Con el tiempo se fue tejiendo un entramado laberíntico de calles estrechas y empinadas que generaba muchos problemas urbanísticos y que estaba compuesto, en ocasiones, por viviendas de autoconstrucción. Las inversiones que el municipio ha realizado con los fondos de la Ley de Barrios han ido destinadas a cambiar el paisaje de esa zona, en la que viven más de 40.000 personas y que no deja de recibir inmigrantes. Es decir, a los barrios de Fondo, Santa Rosa y Raval – Safaretjos.

Buena parte de las obras se sitúan en torno a la calle de Circunvalación, que sirve de frontera con Badalona, municipio con el que se presentó un proyecto conjunto para pedir la subvención y que coordina el Consejo Comarcal del Barcelonès. A esa reforma común se han destinado 36,6 millones de euros y aspira a vertebrar los siete barrios que componen la Serra d’en Mena. Para ello, se está reconvirtiendo la calle de Circunvalación en un eje que servirá para activar ambas partes. La obra consta de tres fases y en octubre finalizó la primera de ellas (de 13.400 metros cuadrados).

Las subvenciones de la Ley de Barrios han tenido en Santa Coloma “un efecto palanca”, explica Xavier Valderrama, coordinador del proyecto en la ciudad, “porque han servido para potenciar otras iniciativas que buscan rehabilitar espacios degradados”. De hecho, el municipio ha elaborado un programa de actuaciones que cuenta con un presupuesto global que procede de distintas ayudas (UE, Diputación de Barcelona, Mancomunidad de Municipios, Consejo Comarcal) y que supera los 215 millones de euros.

“Llevamos 20 años trabajando en la línea de la Ley de Barrios. Ahora estamos poniendo remedio a los errores del desarrollismo, reconstruyendo una ciudad ya construida, porque no hay terreno libre para crecer”, dice Carmen Moraira, teniente de alcalde de Servicios Territoriales, que subraya la dificultad de expropiar viviendas para rediseñar algunas avenidas.

Eso es lo que han debido hacer para poner en marcha otro de los proyectos en Fondo: el eje Bruc, que consistirá en enlazar esta vía con la calle de Circunvalación, y conectar la avenida de Joan V. Escalas con la calle de Liszt. La reforma busca comunicar los barrios del sur de Santa Coloma con Badalona y revitalizar la actividad comercial, hasta ahora concentrada en pocas calles, como la populosa del Reloj. Con esta operación, que se pondrá en marcha una vez se termine de realojar a los afectados, el barrio ganará, además, una plaza de 1.468 metros cuadrados.

Aunque para llegar a ella, sobre todo si se sube a pie desde Santa Rosa o El Raval, hay que superar empinadas pendientes. Suprimir las barreras arquitectónicas es otro objetivo de la Ley de Barrios en Santa Coloma. De momento hay instaladas escaleras o rampas mecánicas en la calle de Mas Marí, la plaza de la Mediterrània, el Espai Cívic del Raval y el parque de Els Pins.

Los vecinos empiezan a ver reflejadas sus antiguas demandas, pero algunos lamentan que no se haya sido más sensible a sus propuestas. “No hemos tenido una participación real, se nos presentaron los proyectos cerrados, cuando ya no podíamos aportar nada”, dice Loli Garrido, vicepresidenta de la asociación de vecinos de Raval. “Pensamos que las escaleras mecánicas deberían partir de la parte baja de la ciudad, en la avenida de la Generalitat y subir hasta el Centro de Atención Primaria. O que hay que mejorar la seguridad en Els Pins y acabar con las actitudes incívicas”. En Santa Rosa, en cambio, sí tienen la sensación de que los puntos flacos se están solucionando: “La inversión que se ha hecho es muy buena y el transporte va a mejorar como nos prometió el Ayuntamiento”, apunta Fernando Jorge, presidente de la asociación.

Las obras subvencionadas por la Ley de Barrios comenzaron en abril de 2005 y está previsto que terminen en 2010. Hasta ahora, el Ayuntamiento ha invertido nueve millones, la mitad del presupuesto del que disponía, y ha finalizado el 50% de las actuaciones. Ya son visibles las reformas en calles que habían quedado algo degradadas. Se ha renovado el pavimento, el alumbrado, las aceras y los contenedores en la avenida de la Generalitat o de la Torre Roja. Son reformas superficiales, pero ayudan a que las calles mejoren su aspecto. Los pivotes colocados en las aceras han acabado con los estacionamientos sobre la acera.

Pero no sólo el paisaje urbano se está transformando. También hay iniciativas para impulsar el comercio, integrar a los jóvenes en el mercado laboral y mejorar la cohesión social, ya que en Santa Coloma hay una alta presencia de inmigrantes. La mayoría son asiáticos (el 40%, de ellos el 20% chinos), seguidos de los marroquíes (20%) y los ecuatorianos (12%). Para comprobarlo, sólo hay que dejarse caer por la calle del Reloj, en el barrio de Fondo, y ver cómo la mayoría de comercios están especializados en esa clientela extranjera: carnicerías, peluquerías, videoclubes con películas made in Bollywood y bares donde tomar un kebab con un intenso olor a especias exóticas. Una pequeña tintorería regentada por catalanes que abrió sus puertas en 1959 ha contratado a dependientes extranjeros ante la oferta de nueva mano de obra. Ahora es una joven brasileña la que atiende tras el mostrador. “Los españoles somos minoría en esta calle”, cuenta José María, un vecino que ha vivido en el barrio en los últimos 30 años. “Aunque la mayoría de inmigrantes se dedican a su trabajo y no dan problemas, sobre todo los chinos”.

La Ley de Barrios no prevé financiación para construir pisos de protección pública, pero el Ayuntamiento ha aprovechado la reforma de los tres barrios para promover estas viviendas: tiene proyectadas 689 y 1.589 plazas de aparcamiento. Todo ello, sumado a la llegada de la línea 9 del metro, la mejora del frente fluvial del Besòs y a la renovación del mercado del Fondo terminará de dar un nuevo aire a finales de 2010 a una ciudad en continua transformación.

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