CARTAS DE LOS LECTORES

Retenciones al intentar entrar en Brasil

Diario de Navarra,   PDF, 23-03-2008

Llevamos unos cuantos días recibiendo informaciones de todos los medios de comunicación sobre la política de repatriación de brasileños que llegan a España y de la réplica que ha empezado a dar Brasil cuando llegan allí viajeros españoles.

El tema no tiene ninguna gracia para quien, habiendo viajado a España – se supone que con pasaporte en regla – por los motivos que fueran (turismo, inmigración sin papeles, visita a familiares, etc.) se encuentra que no le vale de nada porque no se le permite traspasar siquiera la puerta de la calle del aeropuerto. Las autoridades, que se dan de progresistas, tendrán que (deberían) explicar con claridad los motivos para este maltrato a los viajeros, a los que se les trata, cuando menos, como a presuntos delincuentes.

La respuesta de Brasil…, el ojo por ojo. La ley del Talión ha de ser desterrada en un mundo de relaciones diplomáticas. Incluso allá donde se practica a diario, allá donde los visceralismos no consiguen disfrazarse de democracia por mucho que, como la mona del refrán, se vistan de seda.

He leído en este periódico que Brasil retuvo en el aeropuerto de Recife a más de 400 españoles que se dirigían a Argentina y cuyo avión realizó un aterrizaje de casi emergencia.

Para mí, no es algo nuevo. Más bien, es bastante viejo. Hace quince años tuve que viajar a Argentina y, por una de esas circunstancias que se dan e impiden un vuelo directo, en Barajas me reorganizaron el vuelo incluyendo una escala de varias horas en Río de Janeiro. Lógicamente, era una buena ocasión para dar un garbeo por la ciudad brasileña.

La policía del aeropuerto no me retuvo, no me recluyó en ninguna comisaría, no me metió en el siguiente avión para repatriarme a España, pero tampoco me permitió abandonar la zona de tránsito internacional. ¿Motivo? Simplemente, había llegado de Madrid y estaba de paso hacia Buenos Aires. Así de sencillo. Estaba de paso. Ni que fuera una especie de apestado por haber optado por viajar a Buenos Aires en vez de elegir Río de Janeiro para gastarme los cuartos.

PATXI GOIENETXE GURPEGI

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