Mossos d’Esquadra y policías nacionales se enzarzaron el pasado día 9 de marzo en una trifulca que terminó con un agente de la Policía Autonómica agrediendo a uno del Cuerpo Nacional.

El jefe de la Brigada de Extranjería había ordenado realizar una inspección de trabajo en la pollería Can Chari de Lleida, en la que estaba empleada una inmigrante ecuatoriana. Ese día, dos agentes nacionales y una subinspectora de la Inspección de Trabajo fueron al local. Según las diligencias policiales, a las que ha tenido acceso EL MUNDO, los tres funcionarios se identificaron a su llegada y la hermana de la propietaria respondió que tenía un hijo mosso d’esquadra y que iba a llamarlo para preguntarle si tenían derecho a hacer la inspección.

Veinte minutos después, apareció un joven que enseñó su placa y se identificó como mosso d’esquadra. Los agentes le comentaron que habían realizado una inspección rutinaria. Y el joven les espetó que «no reconocía la autoridad de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía», según las diligencias. El mosso amenazó a los agentes y les prohibió marcharse hasta que llegara una patrulla de Policía Autonómica. Cuando uno de los agentes iba a entrar en el coche, el mosso le puso la zancadilla y le tiró al suelo. Sacó entonces una porra extensible de metal, y el otro agente trató de arrebatársela. En ese momento, aparecieron en el lugar cuatro coches patrulla de los Mossos. El coordinador de servicios del Cuerpo Autonómico intentó mediar en la pelea y, al final, acabaron todos en comisaría. El agente agredido fue trasladado a un hospital con traumatismo cervical.