Nueve detenidos en El Retiro por vender droga. La comisaría del distrito ha realizado una operación para desmantelar un punto de venta de hachís y cocaína antes de las vacaciones de Semana Santa, cuando se espera gran afluencia de gente. Entre los arrestados hay cinco nigerianos y otros cuatro subsaharianos. Uno de ellos suministraba los estupefacientes al resto, que luego los vendían al menudeo. Escondían su mercancía en el túnel de Lagasca y cerca del Florida Park. Tienen numerosos antecedentes La Policía ha culminado una operación en El Retiro contra la venta de droga. Se ha arrestado a nueve personas, todas de origen subsahariano, que presuntamente se dedicaban a vender hachís y cocaína en el parque. Las detenciones se produjeron el jueves pasado, para la víspera de las vacaciones.

Los agentes de policía judicial de la comisaría de Retiro empezaron investigando a un nigeriano que se llama Ernest Zola Akeme. Este ha resultado ser el presunto cabecilla de la trama, el que repartía la droga a los demás, que a su vez menudeaban en el parque.

Los detenidos forman parte de los inmigrantes que se dedicaban a vender pequeñas cantidades de droga en los alrededores del estanque, cerca de la estatua. En este caso, llevaban varios días en los alrededores de la discoteca Florida Park y el túnel de Lagasca, que entra en el Retiro.

Los agentes de la comisaría detectaron además que los subsaharianos estaban empezando a vender pequeñas cantidades de cocaína, algo que nunca se había visto en este parque. En cambio, sí es cierto que en toda la zona, y en especial cerca del estanque, se vende hachís desde hace décadas.

Por eso, dicen los investigadores que se realizan continuas vigilancias en la zona, pero las operaciones se intentan realizar siempre contra los que abastecen a los pequeños camellos. «Detener a una persona que lleva un gramo de hachís sirve de poco para cortar el tráfico de drogas», dicen algunos policías consultados por este periódico. Se suma también a esto la dificultad de que los vendedores del Retiro toman muchas precauciones. Tantas, que incluso se avisaban a ritmo de tam – tam cuando la Policía se presentaba en la zona.

Todos tienen escondites para guardar la droga en el parque, donde por otro lado, no faltan recovecos entre los arbustos. Uno de sus favoritos era el túnel de Lagasca: guardaban las bellotas de hachís entre los fluorescentes del subterráneo.

El caso de Ernest Zola es distinto, porque él abastecía. Tiene 29 años, y durante las vigilancias se comprobó que hacia las 13.30 horas, casi todos los días, bajaba al parque y entregaba la mercancía a los que menudean. Más tarde, en torno a las 21.00 horas, volvía para que le entregaran el dinero.

En esta transacción el que vende en el parque se queda tan sólo un porcentaje del precio del costo, que se lo tiene que pagar con beneficios al que se lo ha dado, en este caso Ernest Zola.

Este vive en Villaverde, y los policías consiguieron un mandamiento para registrar la casa. La operación, por cierto, se ha llamado Florida, por la cercanía de los vendedores a la discoteca. Allí encontraron 130 bellotas de hachís, listas para ser distribuidas entre los vendedores, con un peso entre 7 y 9 gramos cada una; 155 gramos de cocaína, dos balanzas de precisión, útiles para cortar y envasar la droga, 49.910 euros y 2.500 dólares, informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Casi a la vez que registraban la casa, otros agentes de la comisaría del distrito fueron al parque y arrestaron a ocho vendedores: cuatro nigerianos, dos de Guinea – Conakry, uno de Uganda y otro de Sierra Leona, que llevaban unos 20 gramos de hachís.

La mayoría de los detenidos tiene antecedentes. Ernest tiene cuatro por delitos similares, pero nunca entró en prisión porque tomaba muchas precauciones y le pillaban con poca cosa. De hecho, solía llevar un par de bolsas de droga en la boca cuando iba en Cercanías de Villaverde hacia Atocha, según fuentes policiales. Si surgía algún percance, se las tragaba y más tarde las evacuaba.

Otros cuatro de los arrestados tienen varias detenciones, aunque destaca el caso de Yunacha A., con 17 antecedentes por robos con violencia e intimidación, contra la salud pública, reclamación judicial, resistencia y desobediencia, atentado, infracción a la Ley de Extranjería… Varios de ellos incluso utilizaban identidades diferentes, por lo que tienen varios antecedentes con cada una.

Una anécdota de la comisaría de Retiro es que los agentes de Policía Judicial siempre comprueban el tiempo que va a hacer antes de realizar una operación antidroga, porque ya saben que con sol y calor los vendedores tendrán más clientes… Y por tanto más droga.