Rubalcaba admite fallos en la crisis de las deportaciones

El Mundo, ANA DEL BARRIO, 18-03-2008

Brasil impide viajar a una hispano – brasileña a España con su bebé de 22 meses al exigirle un permiso paterno El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, admitió ayer que ha habido «actuaciones de algún policía no excesivamente acertadas» en la ya denominada guerra de las deportaciones entre España y Brasil, pero añadió que «más allá de eso hay un norma que tenemos que cumplir y nosotros estamos dispuestos a informar exhaustivamente a todo aquel que quiere venir a España que para entrar hay que cumplir unas determinadas normas».


En declaraciones a RNE recogidas por Europa Press, Rubalcaba admitió que el hecho de que se esté impidiendo a españoles entrar en Brasil en las últimas semanas es una «protesta» del Gobierno brasileño «porque en los últimos tiempos hay más ciudadanos de Brasil que no pueden entrar en España».


El ministro admitió que España ha «cambiado algunas normas fruto de nuestra experiencia y del acuerdo Schengen (puesto que) nosotros somos la puerta de Europa». Estos cambios, añadió, se introdujeron «hace unos meses y aunque nos hemos esforzado en explicarlos, puede haber gente que no los sepa». Más tarde, la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, aseguró que el problema «ya está resuelto».


A los casos ya conocidos, se suma ahora otro nuevo. A Lucía Silva, con doble nacionalidad española y brasileña, le han impedido salir de Brasil con su hijo de 22 meses.


Casada con el español José Ramón Algora, reside desde hace ocho años en Barcelona y había acudido a Salvador de Bahía a visitar a su familia. Nunca había tenido ningún problema en los controles fronterizos. Sin embargo, el sábado, cuando iba a tomar el vuelo de regreso, las autoridades no le permitieron subirse al avión, alegando que necesitaba un permiso paterno para poder salir con su bebé, Leo.


«Me he sentido como una fugitiva en mi propio país. En la cola me miraban como si fuese una delincuente. Cuando entré en Brasil, nadie me pidió ninguna autorización», comenta Lucía.


Además, enseguida se dio cuenta de que la causa del problema fue haber enseñado su pasaporte español. «El de la agencia de viajes me advirtió de que había normas de seguridad muy rígidas con los españoles, debido a lo que estaba pasando con los brasileños en España», explica Lucía, de 35 años.


Su marido, José Ramón Algora, no tienen ninguna duda de que se trata de una represalia del Gobierno brasileño por el aumento de las devoluciones de sus compatriotas en España. «Lo que creó el problema fue que Lucía tiene doble nacionalidad. Estamos convencidos de que si su pasaporte no hubiera sido español, no hubiera tenido problemas para tomar el vuelo», dice indignado su marido.

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