Vecinos de Orriols pegan carteles de alerta por el incremento de robos que sufre el barrio
Las cuartillas advierten de una mujer embarazada que se cuela en los portales para perpetrar hurtos
Las Provincias,
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17-03-2008
¡Cuidado! Los vecinos de Orriols avisan de la situación de inseguridad que vive el barrio mediante carteles repartidos a pie de calle o pegados en fachadas y portales. El motivo, como explica la presidenta de la agrupación, Maica Barceiro, es el incremento de los robos que se ha producido en los últimos meses.
Desde hace un par de semanas se pueden ver los avisos, que además de la precaución general, advierten de dos casos particulares. Barceiro comentó que se trata de robos que han sufrido vecinos, por lo que la junta directiva aprobó dar la voz de alarma al resto de residentes.
Uno de los asaltos se perpetró en el portal de una finca, ya que un propietario no albergó sospechas al tratarse de una mujer embarazada, por lo que le dejó pasar. Esta aprovechó la discreción del zaguán para perpetrar el robo.
En el otro caso, se trata de una persona inmigrante que se acerca a la víctima preguntando por la ubicación de una calle con el afán de distraer para cometer el hurto.
“Ante la situación de inseguridad que se vive en el barrio, tenemos que decir a nuestros vecinos que no se dejen sorprender en situaciones tan aparentemente inocentes como un extranjero, en correcto castellano, preguntando por una calle, o una española embarazada que entra con el vecino en el patio. Toma precauciones”, reza el cartel.
“En el bar escuchas muchos casos de robos por pillerías, de productos en tiendas o de alguna cartera que se queda en la mesa sin vigilar. Yo no he sufrido ningún incidente, pero tomaré precauciones”, explica Vicente, preguntado por la iniciativa vecinal.
“Aunque haya muchos inmigrantes, están aquí desde hace años, no tienen nada que ver con lo que pasa estos meses”, señala Julia, vecina de Duque de Mandas, que rechaza una vinculación directa. “Se convive bastante bien”, concluye.
Sin embargo, los datos estadísticos de la Delegación del Gobierno reflejan un acusado descenso en la tasa de criminalidad, concepto global que incluye todo tipo de robos o hurtos. Concretamente, en la ciudad descendió un 11,81% en el último año y en todos los barrios a excepción de Patraix, donde se mantuvo, según los datos presentados por Antoni Bernabé en la última Junta Local de Seguridad.
Los distritos en los que se registró un mayor descenso de los delitos fueron Tránsitos ( – 18%), Marítimo ( – 15%) y Exposición ( – 17,6%). Precisamente, la zona de Orriols queda en la zona de influencia de Tránsitos, si bien los datos contemplan la evolución en el último año.
Los delitos que más bajaron fueron los robos con intimidación, en viviendas, sustracción de vehículos y robo en el interior de los mismos, que es la modalidad delictiva que más había aumentado durante los últimos doce meses.
Orriols no es el único barrio que ha sufrido problemas de inseguridad. Fue el caso de los vecinos de Font d’En Corts, donde todavía se mantiene una franja de huerta cultivada. En este caso, las sustracciones se cebaron con la producción de los agricultores. Los vecinos y afectados culpaban de ellos a las familias marginales que se han instalado en la zona tras el desmantelamiento del asentamiento de las viejas naves de Macosa, en la calle San Vicente Mártir, que fueron desalojadas el pasado verano.
También son periódicas las críticas vecinales en Campanar, zona de obligado paso de los drogodependientes que se dirigen al hipermercado de la droga. Normalmente se trata de individuos que aprovechan su estancia en Campanar para conseguir el dinero necesario para la dosis.
La configuración del antiguo pueblo, con viviendas de escasa altura, las hace especialmente vulnerables a los asaltos. Hace un par de años, la Policía detuvo a una banda dedicada a perpetrar robos mediante el método del escalo, consistente se subir por las fachadas a los primeros pisos.
Otro tipo de robos, en este caso perfectamente organizados, son los que protagonizan los ladrones de cobre, que se han cebado especialmente con zonas como Nazaret. Existe un parque al final de la calle Algemesí que antes de ser inaugurado ya carecía del montaje eléctrico y de los cables en la mayoría de las farolas. Desde la asociación de vecinos denunciaron que tres zonas verdes del barrio no tenían luz por el mismo motivo.
Otras viviendas en el barrio de Ciudad Fallera y en las inmediaciones de la ronda norte también han sido objetos de robos de este tipo. A lo largo del año pasado, la concejalía de Alumbrado desembolsó 240.000 euros destinados únicamente a reponer instalaciones eléctricas robadas.
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