Brasil sextuplica en una semana la cifra de españoles que rechaza
El Mundo, 16-03-2008En apenas siete días, Brasil ha impedido la entrada a por lo menos 24 españoles, una cifra seis veces mayor a todos los casos de repatriación registrados en el país sudamericano entre 2005 y 2007.
Las repatriaciones se realizaron atendiendo al «principio de reciprocidad», después de que las autoridades de inmigración del aeropuerto madrileño de Barajas hayan impedido la entrada de más de 1.027 brasileños en lo que va del año, según el cónsul general brasileño en Madrid, Gelson Fonseca.
Por parte de Brasil, estas medidas de «reciprocidad» que se han adoptado en la última semana han situado a los españoles en el grupo de las nacionalidades más afectadas por las restricciones inmigratorias, ampliamente liderado por los nigerianos: a 147 ciudadanos de este país africano se les impidió ingresar en el país sudamericano en los últimos tres años, según datos de la Policía Federal.
Un balance divulgado ayer por el portal brasileño de noticias G1 señala que la guerra de deportaciones ha generado malestar en Brasil, donde se multiplican los testimonios de personas que denuncian haber sufrido malos tratos en el aeropuerto de Barajas (Madrid).
«Me quedé aterrorizada. Tuve allá en tres días más problemas que los que viví en 19 años», relató a G1 la brasileña Ilzinéia Rainha, quien afirmó que estuvo sin poder ducharse durante todo el tiempo: «Nos hicieron sentir como gusanos, hasta parecía que éramos criminales».
También en declaraciones al mismo portal, el brasileño Flavio Carvalho, que coordina desde Madrid la Red de Brasileños en el Exterior, reconoció que, durante este año, han aumentado los obstáculos para que sus compatriotas entren en España, aunque criticó el sistema de reciprocidad adoptado por Brasilia.
«No me parece correcto tratar a los españoles como ellos nos tratan. No estoy de acuerdo con que se actúe así con estudiantes y trabajadores que no tienen nada que ver con esas políticas. Hay muchos españoles que nos apoyan, luchando y manifestándose en contra de esa política», afirmó.
La guerra de deportaciones no acabará antes de Semana Santa. No será hasta finales de mes cuando se reúnan los representantes gubernamentales de Brasil y de España para intentar superar la crisis actual.
Hasta entonces, los ministros de Exteriores de Brasil, Celso Amorim, y de España, Miguel Angel Moratinos, han acordado una tregua informal que muchos esperan que sirva, al menos, para reducir el número de incidentes que enfrentan a brasileños y españoles.
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