El negocio de la prostitución se extiende más allá de los circuitos habituales en clubs y la calle

Diario de noticias de Alava, iratxe aguinaco, 15-03-2008

La competencia dentro del colectivo hace que los precios se reduzcan y los servicios se conviertan en más accesibles

vitoria. No aparece en ninguna lista de actividades profesionales. No está reconocida como tal dentro de la Seguridad Social y la mayoría de la sociedad hace como que no existe. La prostitución es un trabajo que nadie quiere comentar pero del que mucha gente se beneficia. Una de las profesiones que más demanda tiene y cuya oferta, aún así, sigue estando mal vista. Una circunstancia que no hace que la situación varíe, sino que obliga al colectivo de meretrices a convivir con el maltrato y con los problemas que implica su vida, con dificultades para tener cubiertas sus necesidades mínimas sociosanitarias. Esta actividad evoluciona en la clandestinidad dejando solas a sus protagonistas, que deben adaptarse a los peligros para poder sobrevivir. Y ahora su triste realidad está dando una nueva vuelta de tuerca. Las asociaciones sociales ya han percibido que el negocio se está diversificando y cambiando de pautas.

Esto se puede ver, en primer lugar, en los lugares escogidos para ejercer la prostitución. La preocupación por el tabú que supone acceder a estos servicios, lejos de buscar una mejora de la situación de las meretrices, ha llevado a que los clientes soliciten cada vez más los lugares discretos. Así las cosas, si ya se venía observando la proliferación de pisos en la provincia, ahora comienza una nueva tendencia que consiste en el uso de lonjas. Estas últimas permiten, a diferencia de los domicilios, un acceso a los locales todavía más en la sombra, puesto que evitan la opción de ser vistos por los vecinos.

Mujeres extranjeras Esta nueva práctica ha llevado al descenso de las formas clásicas de prostitución como son la calle y los clubes de alterne que, aun así, siguen teniendo mucha afluencia. Y es que la realidad señala que es un sector que está en crecimiento por el incremento de mujeres extranjeras que se ven obligadas a dedicarse a ello y a la aparición de esta nueva forma de acceso al negocio a través de casas particulares.

Este aumento, que lleva a registrar en Álava entre 350 y 400 meretrices, según las épocas del año, ha llevado a una mayor competitividad en el mercado. Un dato que beneficia a los clientes y que hace más accesible los servicios a un espectro más amplio de la sociedad. La guerra de precios por sumar nuevos clientes hace que el coste de los servicios baje y, desgraciadamente, que se necesite más actividad para sacar el mismo sueldo.

También se ha observado una variación en el perfil de las chicas. Ha habido un aumento del número de transexuales y, si bien antes se podían ver más mujeres de aquí, actualmente el 90% de las prostitutas son inmigrantes, que ponen de manifiesto los problemas de integración que sufren.

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