Una banda extorsionaba a dueños de clubs y pubs para que contrataran a sus miembros de vigilantes
Captaban a ex militares en Ucrania y dominaban infinidad de locales en Valencia, Madrid y Córdoba
Las Provincias,
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15-03-2008
Con “obediencia ciega” a su líder y “cumplimiento imperativo” de sus órdenes. Así actuaba una mafia ucraniana desarticulada por la Policía Nacional en Valencia y que dominaba un vasto territorio comprendido entre la Comunitat, Madrid y Córdoba. Sus objetivos, lograr que sus miembros fueran empleados como vigilantes en clubes de alterne, pubs y discotecas. Sus armas, la coacción y la extorsión, con las que intimidaban a los propietarios de los citados negocios para conseguir los trabajos.
Una brillante operación de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificaciones (Ucrif) de Valencia y Madrid ha permitido descabezar la organización con 10 arrestos. Aunque la investigación sigue abierta, la cúpula de la mafia ha caído esta semana con cinco arrestos en Quart de Poblet (donde la red contaba con su centro de operaciones en un piso) y otros tantos en Valencia y Mislata.
La investigación de la red criminal comenzó el pasado mes de diciembre. Los agentes detectaron una banda “con una férrea jerarquía”, cuyos tentáculos se extendían hasta la propia Ucrania, como explicó el responsable de la Ucrif en Valencia, el inspector jefe Alfredo Garrido.
En su país de origen, los miembros de la red delictiva ofrecían puestos de camarero o de vigilante en España a jóvenes con un perfil muy concreto: tener una vigorosa constitución física, experiencia en el manejo de armas o pasado como miembros del Ejército.
Una vez aquí los sometían a un régimen casi militar: instrucción en manejo de armamento, técnicas de defensa y ataque “similares a las usadas en guerrillas” – según la policía – y prácticas de tiro. Para someterlos a la organización, cualquier fallo era castigado con “palizas, encierros, multas y amenazas”.
Igual de expeditivos se mostraban en los métodos que empleaban con sus víctimas para lograr colocarse como vigilantes en los locales. Pistolas (hasta 14 se han intervenido), armas blancas, defensas eléctricas, chalecos antibala, prendas de camuflaje, pasamontañas, micro – cámaras de espionaje… Cualquier efecto era utilizado para infundir temor a los empresarios.
Los 10 detenidos – nueve de ellos ucranianos y otro letón – no sólo tenían esta actividad delictiva. Su especialidad se centraba también en el “cobro de morosos”, según la Policía Nacional. Lo hacían de la misma forma violenta y amenazante y contaban con el anonimato que les proporcionaban las propias víctimas, que en ningún caso denunciaban los hechos.
Registro de morosos
Este es uno de los extremos que sigue siendo investigado por los especialistas de la Ucrif. Los agentes centran sus averiguaciones en un “registro de morosos” intervenido a la banda, con tal de identificar a las víctimas y aclarar las circunstancias de las coacciones.
El grupo delictivo llegó a mantener “enfrentamientos armados” con otra red rival, integrada por ciudadanos rumanos, con la que pugnaban por controlar el ilícito sector de la coacción.
La Policía Nacional también relaciona a los violentos vigilantes de los locales con el tráfico de estupefacientes, “otro de los medios con el que obtener fondos para la organización delictiva”. Un inspector de la Ucrif destacó la desmedida ambición que tenía la mafia desmantelada: “Lo primero era hacerse con la seguridad, y luego todo lo que pudieran sacar de provecho del local”.
Un domicilio de Quart de Poblet, calificado por este investigador como “piso patera”, era el centro de operaciones de la banda. Cuando la policía entró el pasado miércoles en él, en su interior encontraron al supuesto líder de la trama junto a otros cuatro de sus esbirros.
Durante la investigación se han llevado a cabo además registros domiciliarios en Quart de Poblet (tres inspecciones), Valencia (dos) y otro en Mislata. La policía señaló igualmente que en los propios edificios en los que fueron localizadas sus guaridas, la mafia ejercía sus dotes intimidatorias para hacerse con la vigilancia del patio.
Controles en locales de alterne
En la operación han colaborado agentes de las Comisarías de Quart de Poblet y Mislata, miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de la Brigada de Seguridad Ciudadana. Los arrestados están acusados de los delitos de asociación ilícita, tenencia de armas, extorsión y coacciones, según la policía.
El dispositivo policial también incluyó la realización de dos controles en un par de clubes de alterne y un bar de copas de la capital valenciana. En ellas fueron arrestadas siete mujeres por infracción de la ley de Extranjería, así como un ciudadano español al que un juzgado reclamaba por tener pendiente una orden de ingreso en prisión, aunque sin relación alguna con la mafia descabezada.
A la rueda de prensa en la Jefatura Superior de Policía de Valencia acudió ayer el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Antoni Bernabé, para felicitar a los miembros del Cuerpo Nacional de Policía por la “excelente investigación” desarrollada.
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