Un juez federal determinó que puede seguir adelante una demanda interpuesta por la familia de un inmigrante salvadoreño que murió de cáncer después que, supuestamente, las autoridades inmigratorias le negaron atención médica adecuada.

Con una enérgica crítica, el juez Dean Pregerson acusó a agentes de inmigración de una conducta que va más allá de un castigo cruel e inusual, según informó ayer Los Ángeles Times.

Francisco Castañeda pasó ocho meses en una prisión estatal tras ser condenado en 2005 de posesión de anfetaminas con intención de distribuirla. Después, fue transferido a custodia federal porque era indocumentado.

En marzo de 2006, Castañeda dijo a agentes de Inmigración y Aduanas que tenía una lesión en el pene, que le dolía y crecía. Un médico asistente solicitó una biopsia, pero la petición fue ignorada por migración hasta 2007, cuando se le hizo la cirugía.

Se determinó que probablemente padecía cáncer, y agentes de Aduanas decidieron dejarlo en libertad 11 días después. Murió el mes pasado.