La policía repele con disparos al aire una agresión de un grupo de chabolistas de Penamoa

La Voz de Galicia, Emiliano Mouzo, 14-03-2008

Un agente y un residente en el poblado coruñés resultaron heridos

Un agente del Cuerpo Nacional de Policía y un hombre de etnia gitana del poblado de Penamoa resultaron heridos de consideración en un enfrentamiento que tuvo lugar en el área de chabolas más próximas al barrio coruñés del Ventorrillo. Según indicaron fuentes próximas a la investigación, los agentes se vieron obligados a utilizar sus armas reglamentarias para realizar disparos al aire, así como todo su equipo de protección para evitar un «auténtico linchamiento» por parte de los residentes en el poblado, ya denominado como mercado de la droga de A Coruña y su comarca.

Todo ocurrió alrededor de las siete de la tarde del miércoles. A esa hora, Jesús Rivero Conchado, de 30 años, llegaba al asentamiento chabolista después de bajar para tomar la dosis de metadona que le han prescrito. Mientras, la Policía Nacional tenía montado un dispositivo «rutinario», según explicaron fuentes de la investigación, para identificar a posibles traficantes de estupefacientes y a compradores de droga que puedan estar en busca y captura.

Los agentes intentaron identificar a Jesús Rivero, pero el hombre – que conducía un automóvil sin tener carné – se escapó e intentó entrar en su chabola, donde se encontraba su mujer, Begoña Salazar Conchado, de 28 años, y el hijo de ambos, de 5, que se escaparon de la casa. Pero la policía logró alcanzarlo. Jesús se revolvió agresivamente hacia los agentes «y empezó a gritar», versión coincidente con las fuentes oficiales y la familia de Rivero.

Ante la actitud del gitano, los agentes policiales tuvieron que reducirlo. El hermano de Jesús, Santiago; una amiga de la familia, María Luz Piñeiro, y un payo que se encontraba en el poblado, Juan Carlos López Sánchez, aseguran «que lo tiraron al suelo y le produjeron heridas por donde sangraba», hecho que desmiente la policía, que achaca las lesiones a la fuerza que el hombre oponía al ser detenido.

Machetes y cuchillos

Cuando los policías estaban procediendo a la identificación y arresto de Jesús Rivero «aparecieron en el escenario del suceso la casi totalidad de los vecinos del poblado», alrededor de unas cuarenta personas, según aseguran fuentes policiales.

La mayoría de ellos portaban «machetes, navajas o cuchillos», por lo que pidieron refuerzos. Mientras llegaban, realizaron tres disparos al aire para tratar de intimidar a la muchedumbre. A los pocos minutos unas diez patrullas llegaron al lugar. A pesar del amplio dispositivo, la comunidad gitana de Penamoa no desistía de su actitud, por lo que los agentes se vieron obligados a perseguir a los gitanos, que se escondieron en sus chabolas o escaparon por el monte. Aún así, procedieron a detener a tres personas: al herido, a otro gitano y a un payo. El lesionado fue trasladado al Hospital Juan Canalejo para tratarle de las heridas. Ayer por la tarde fue dado de alta e ingresó en los calabozos. Para la familia de Rivero, para sus amigos, para el ministro evangélico, José María Ríos Ramírez, y para varios payos que se encontraban ayer en el poblado, «lo ocurrido el miércoles fue un abuso de autoridad».

Ayer volvieron dos patrullas de la policía a Penamoa, identificaron a dos jóvenes y registraron una furgoneta, sin que se produjesen incidentes. Poco después, 15 gitanos fueron al cuartel de la Guardia Civil y presentaron una denuncia por hostigamiento policial.

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