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Una asesora de Clinton dimite por una frase racista sobre Obama
La Voz de Galicia, , 14-03-2008Dijo que si el senador afroamericano fuera blanco «no estaría donde está»
La campaña de Hillary Clinton ha recibido un nuevo revés con la renuncia de Geraldine Ferraro, miembro de su comité financiero y que desató la polémica al atribuir el éxito de Barack Obama al color de su piel. Un tema sensible en un país con fuerte carga de moralina y corrección política, que ha vuelto a jugar una mala pasada a la ex primera dama.
Ferraro dijo la semana pasada: «Si Obama fuera blanco, no estaría donde está. Y si fuera una mujer, de cualquier color, tampoco. Tiene suerte de ser quien es». Rápidamente, el equipo del senador se le echó encima acusándola de comentarios racistas reviviendo viejas acusaciones contra la campaña de Clinton. Tras varios días de polémica, Ferraro – amiga personal de Hillary Clinton – decidió el miércoles abandonar su puesto en el crucial comité financiero de la senadora por Nueva York. Precisó que nadie le ha pedido que lo haga.
«Me siento fatal porque Hillary esté atrapada en todo esto», señaló Ferraro en declaraciones a medios locales una vez presentada su renuncia. Indicó que no ha comentado todo este lío de forma directa con Hillary Clinton, pero en un correo electrónico escribió que «de esta forma podré hablar en mi nombre. La campaña de Obama me está atacando a mí para hacerte daño a tí. No dejaré que eso suceda». Indicó que seguirá promoviendo la candidatura de Clinton.
Sobre las acusaciones lanzadas por la gente del senador por Illinois, se preguntó: «Si hablas de algo que tiene que ver con la raza, ¿eso te convierte inmediatamente en racista? Venga ya!». Ferraro, que en 1984 fue candidata a la vicepresidencia, dejó bien claro que no ha pedido perdón, ni lo hará, a Obama. «¿Qué si lo siento? No, no, no. Lo que siento es que haya gente que piense que soy racista». Y señaló que el senador afroamericano es el primero que desde el principio «ha jugado la carta de la raza».
Preguntado por todo este episodio, Barack Obama prefirió templar las aguas. «Siempre me resisto a decir palabras como racista. No creo que lo hiciera a propósito», dijo sin querer añadir leña al fuego, pero una vez que Ferraro estaba fuera de juego.
Tras las primarias de Carolina del Sur, el pasado enero, donde el tema del color de la piel de los candidatos pasó a primer plano, Clinton y Barack acordaron una tregua para dejar fuera de la campaña asuntos relacionados con el sexo y con la raza. Algo que hasta el momento ha sido imposible, ya que una está interesada en arañar votos entre los afroamericanos, y el otro, en hacer lo propio entre las mujeres.
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