Al principio eran asaltos a gritos, pasaron a ser robos en los que esgrimían cuchillos y lanzaban pedradas contra empleados y clientes, prosiguieron con un atraco en el que hicieron varios disparos al aire y acabaron abriendo fuego contra varios policías cuando se vieron sorprendidos y pensaron que ésa sería su última fechoría y pasarían la noche en un calabozo. Si la Guardia Civil llevaba ya varios meses de arduas investigaciones para tratar de esclarecer la oleada de robos con violencia que azotaba al Campo de Cartagena, en las últimas semanas los agentes activaron todos sus recursos para localizar y detener a los integrantes de la banda de delincuentes magrebíes que logró desmantelar el martes.

«Se habían puesto muy violentos. Cada vez actuaban más sin importarles usar armas como medio de intimidación. El riesgo de que atacaran a alguna persona era evidente», señalan fuentes policiales sobre la red de 30 magrebíes desmontada en la Operación Carnaval. Los agentes de Policía Judicial querían evitar a toda costa que los malhechores cometieran algún delito de sangre.

‘Operación Carnaval’

La Delegación del Gobierno guardaba ayer aún celosamente los datos sobre los primeros resultados de la operación, que al cierre de esta edición continuaba abierta. No obstante, tanto la escalada agresiva de los delincuentes como la extensión de su radio de acción a municipios alejados de la Comarca de Cartagena, como Las Torres de Cotillas, era motivo de preocupación creciente en este departamento, responsable de la Benemérita en la Región.

La dueña de un céntrico bar de Las Torres de Cotillas relató ayer a La Verdad uno de los últimos atracos (fue el miércoles de la semana pasada) protagonizados por cinco de los miembros de la banda de Los encapuchados.

Tiroteo en Las Torres

«En el pueblo todo el mundo comenta que tres moros entraron a última hora de la noche con cuchillos y con una escopeta en un salón de juegos de la barriada de Las Monjas. Sabían que estaban a punto de cerrar y entraron a por la caja registradora. La cosa se puso fea y hasta le tiraron de los pelos a la camarera. Pero pasaron por allí unos guardias civiles de Alcantarilla y los moros salieron huyendo en un coche. Había uno esperándoles. Se liaron a tiros con los guardias y se escaparon, porque llevaban un coche muy gordo».

El coche era de alta gama, como los que robaban hasta a plena luz del día a vecinos y empresarios de Cartagena, Torre Pacheco, Los Alcázares o San Javier, municipios en los que un centenar de agentes participó anteayer en los registros autorizados por los jueces para arrestar a los delincuentes. Algunos fueron de madrugada y sorprendieron a los cacos durmiendo.

Está previsto que los sospechosos de atracos a mano armada en bares, tiendas y supermercados; asaltos a chalés; robos de coches de lujo y de dinero a empresarios; y hasta tráfico de drogas pasen hoy a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de San Javier.

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