La inmigración ha protagonizado la campaña electoral de la mano de las propuestas que lanzó el PP: un contrato de integración para todos aquellos extranjeros que quieran venir a trabajar en España y la limitación del uso del velo islámico en la escuela. El debate ha tenido especial incidencia en la Región, donde viven algo más de 200.000 inmigrantes (el 14,4% de la población). Ellos, que han protagonizado titulares y discursos de campaña, han sido los convidados de piedra. «Si vivimos aquí y contribuimos al país con nuestros impuestos y nuestras aportaciones a la Seguridad Social, no entiendo por qué no podemos votar», se queja Clara Peñafiel, una ecuatoriana que lleva nueve años en la Región. La nacionalidad marca el derecho al voto en todos los países democráticos. Por eso, la participación de los extranjeros en las elecciones generales es complicada. Sin embargo, los inmigrantes aspiran a poder votar en las elecciones municipales, algo que ya hacen los ciudadanos de los países de la UE que viven en España.

«Si votásemos, nos tomarían más en serio», se lamenta Clara, que comparte mesa y mantel en un restaurante latino de Murcia con dos compatriotas. Los tres están de acuerdo a la hora de criticar los mensajes que el PP ha lanzado esta campaña. «Nos han criminalizado, Rajoy va siempre en contra de los inmigrantes», asegura José Vila, trabajador de una empresa de especias en Alcantarilla. Lleva ocho años en Murcia, pero sus cuatro hijos todavía viven en Ecuador. «Están estudiando, así que espero traérmelos para España cuando terminen sus carreras», explica.

El caso de Gerardo Pacas, también ecuatoriano, es distinto. Tiene un hijo que sí vive con él. «Va a la escuela aquí en Murcia, tiene ocho años y está contento». Gerardo trabaja en la construcción. «Sé que hay gente preocupada por el paro, pero yo trabajo desde hace dos años para una empresa y creo que las cosas me van bien, al menos de momento», cuenta.

Distintas opiniones

Aunque es cierto que el programa de inmigración del PP ha despertado susceptibilidades en parte de este colectivo, no es difícil encontrarse en Murcia con extranjeros que apoyan a Rajoy. «A mí me gusta más que Zapatero, porque estoy preocupado por el paro y por la situación económica, y creo que él lo haría mejor», confiesa Taami Gradi, un marroquí que lleva ocho años en Murcia y se mantiene informado de la actualidad española. Trabaja en el campo, y también tiene experiencia en el sector de la construcción. «Ahora la vida está más cara que cuando vine a este país, todo cuesta mucho más», se queja.

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