España busca el futuro en la inmigración

ABC, 11-03-2008

MANUEL FRÍAS

MADRID. La actual generación de atletas españoles se agota, como se ha visto en el Campeonato del Mundo bajo techo disputado este fin de semana en Valencia. La medalla de bronce de Juan Carlos Higuero en los 1.500 metros y ocho puestos de finalistas dicen muy poco del equipo español, que, además, jugaba en casa. De hecho, ha firmado la segunda peor actuación de las doce ediciones disputadas hasta ahora y se ha retrocedido al nivel de Toronto 93, donde también se ganó sólo una medalla de bronce (Enrique Molina, en 3.000 m.) y hubo cinco finalistas.

Es cierto que varios atletas han renunciado a la temporada en pista para preparar mejor los Juegos Olímpicos, lo que el presidente de la Española, José María Odriozola, calificó de «un error estratégico», como se demuestra con el caso de Liu Xiang, «que se ha ido con una sonrisa de oreja a oreja porque ha visto que su preparación de cara a los Juegos de Pekín es excelente».

Pero no es menos cierto que la gran generación de atletas españoles va cumpliendo años y el relevo no llega, salvo por la vía de la inmigración, fenómeno que no es nuevo en España.

De Myers a Onyia

No olvidemos que aquí ya han estado Sandra Myers (bronce en los 400 metros del Mundial de Tokio 91 y poseedora aún de los récords nacionales de 100, 200 y 400 metros) y Niurka Montalvo (oro en el Mundial de Sevilla 99 y bronce en el de Edmonton 2001, además de poseer los récords de longitud al aire libre y en pista) junto a la lanzadora de disco Alice Matejkova.

Hay pruebas en las que el ranking nacional sería irrisorio de no ser por estos atletas nacionalizados, porque el nivel de los nacidos en España es bastante bajo. Como en los 100 metros (la mejor española es Cristina Castro, con 11.36 frente a los 11.06 de Myers), 200 (22.86 de Cristina Pérez ante los 22.38 de Myers), 400 (51.53 de Blanca Lacambra por los 49.67 de Myers) o 100 vallas (12.89 de María José Mardomingo por los 12.57 de Glory Alozie).

En la actualidad, y tras los pasos puntuales por la selección de los fondistas Yusef El Nasri y Kamel Ziani, el equipo nacional ha tenido como «fija» a Glory Alozie, tanto en velocidad como en vallas, quien tras nacionalizarse española ha sido campeona de Europa de 2002 y subcampeona mundial en sala en 2003 y 2006. También aprovechó el momento del cubano Lino Martínez, bronce en los Juegos de Atenas en longitud.

El Mundial de Valencia ha dado paso a dos nuevos debutantes, los vallistas Jackson Quiñónez y Josephine Onyia. Tuvo que llegar el primero para mejorar el récord de España que tenía Javier Moracho desde hace 20 años, y la segunda será la sucesora de Alozie.

Pero hay más atletas en la recámara: el saltador cubano Felipe Méliz, quien ya ha jurado la Constitución española, y que España espera que pueda tener el permiso cubano para competir en Pekín; Igor Bychkov, nacido en Ucrania de padres ucranianos pero residente en España desde los once años, ya es campeón nacional de pértiga y, si salta en la temporada al aire libre 5,55 metros, acudirá a los Juegos; o el discóbolo cubano Frank Casañas, quien ha establecido este fin de semana la mejor marca mundial del año con un lanzamiento de 66,91 metros y que espera obtener la nacionalidad española a finales de este mes.

El caso de atletas que son hijos de emigrantes pero nacidos ya en España es amplio. Uno de ellos, Mark Ujakpor, debutó con la selección en Valencia en los 400 metros. Es hijo de nigeriano y española pero nació en Madrid hace 21 años, o como la saltadora de triple Ruth Ndoumbe, aún en categoría promesa, también nacida en España y de la que se tienen excelentes referencias.

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