sucesos

Tres heridos, dos de ellos menores, tras incendiarse una pensión en Astigarraga

Diario Vasco, ARANTXA ALDAZ, 07-03-2008

san sebastián. DV. Tres personas resultaron heridas ayer por la tarde en un incendio originado en una pensión en el barrio de Ergobia de Astigarraga. Se trata de dos menores, que fueron atendidos por inhalación de humo, y de una mujer que se sintió indispuesta tras ser desalojada del edificio. Los tres permanecen ingresados en observación en el Hospital Donostia.
Los hechos ocurrieron pasadas las cuatro de la tarde en la pensión Beizama. Según fuentes policiales, las llamas se originaron en una de las habitaciones alquiladas para el alojamiento de tres menores tutelados por la Diputación. Al parecer, uno de los chavales se quedó dormido con un cigarro encendido, lo que originó el fuego, que se propagó rápidamente a las habitaciones contiguas.
Fue un trabajador de un taller ubicado en los bajos de la casa quien alertó del incendio a los propietarios de la pensión, que en el momento de los hechos se encontraban en la cocina. Tras avisar al 112, varias patrullas de la Ertzain etxea de Hernani, ambulancias y bomberos del parque de San Sebastián acudieron al lugar. Para cuando llegaron, la mayoría de los alojados había logrado escapar del fuego por su propio pie y ya se encontraba en la calle, pero varios agentes policiales tuvieron que desalojar a varias personas mayores, con problemas de movilidad. Dos de los ertzainas que intervinieron resultaron intoxicados por el humo, aunque no precisaron traslado hospitalario.
Las llamas no fueron demasiado aparatosas, indicaron los bomberos donostiarras, pero sí suficientes como para causar importantes daños materiales en toda la planta baja del edificio, una casa de piedra, y desperfectos menos graves en la planta superior. También resultó dañado el taller de reparación de coches que ocupa los bajos del edificio.
Las primeras investigaciones apuntan a que el incendio se produjo por causas fortuitas, indicó la Diputación en una nota de prensa. Los bomberos sofocaron con rapidez el incendio, tras lo cual revisaron la estructura del edificio, que no resultó afectada, afirmaron.
Refugiados en el balcón
Los desalojados observaban la escena con el susto todavía en el cuerpo. Jesús Otaegi, hijo de los dueños de la pensión, se mostraba preocupado por lo sucedido y por el estado de salud de su madre, a quien tuvieron que sacar bomberos y ertzainas. Jesús se acercó a la pensión después de que varios de sus familiares le llamaron por teléfono. «Los chavales habían terminado de comer y, de repente, en la cocina han oído gritos de ’¡fuego, fuego!», relató ayer a este periódico. Los tres menores, de diecisiete años, tuvieron que romper una ventana para salir al balcón y refugiarse de las llamas, explicaron varios testigos. Dos de ellos resultaron heridos con varios cortes en las manos, aunque no revestía gravedad.
«Son gente maja», subrayaba Jesús, ante el temor de que el suceso se pudiera relacionar con algún acto delictivo. «Estaban verdaderamente asustados con lo ocurrido. No hemos tenido problemas reseñables con ellos, sólo los que se pueden ver en la calle con cualquier persona», añadía.
En el taller de reparación de coches, uno de los trabajadores se lamentaba de los desperfectos sufridos. «Está el taller inundado. El agua ha afectado a varias máquinas. No sé cómo podremos trabajar mañana -por hoy-», decía.
A la espera de la valoración de los peritos, Jesús intentaba quitarle peso a lo sucedido. «¡Con lo que podía haber pasado! Menos mal que se han dado cuenta pronto. Si no…».

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