>Creo que hablo de parte de todas las mujeres musulmanas cuando digo que estamos hartas. Hartas de que se hable de nosotras y nuestro hiyab (velo) en los medios de comunicación un día sí y otro también. <! – – SEP – – >
Hace casi 10 años que vivo en Inglaterra y 7 años desde que soy musulmana y llevo el hiyab. Y en todo este tiempo nunca he tenido el menor problema ni en la calle ni en el trabajo. Sin embargo, vengo a pasar unos días al pueblo donde he vivido 23 años de mi vida y una completa desconocida que pasa a mi lado me dice, de forma despectiva: “¡Quítate eso, es degradante para la mujer!”. “Eso”, señora, se llama hiyab. Mi primera reacción es de decirle algo así como: “¡Qué atrevida es la ignorancia!”, sin embargo el islam me enseña a ser respetuosa con todas las personas, incluso aquellas que me insultan. Respeto es algo de lo que esta mujer no ha oído hablar, así que cuando le contesté le rompí sus esquemas. Y si encima le hubiera dicho que no hablo una palabra de árabe, y que me gradué por la Universidad de Deusto seguramente se le hubiera parado el corazón del shock. En algunos países como Francia, Alemania e incluso Turquía se está violando el derecho de la mujer que quiere vestir hiyab. Ahora en España se habla del tema y de la posibilidad de negarnos nuestra libertad a vestir como queremos. Hablan de liberación, pero nadie pregunta a la mujer musulmana si quiere ser liberada o más bien, si hay algo de lo que deba ser liberada… Nosotras nos sentimos amenazadas por estos países que se dicen democráticos. ¿Qué clase de democracia es ésta?