Un cayuco con dos cadáveres a bordo arribó la madrugada de ayer a la playa de Los Cristianos, en el municipio Arona, al sur de Tenerife. La embarcación, en la que viajaban otros 54 subsaharianos exhaustos por la dura travesía por el Atlántico, llegó por sus propios medios hasta el litoral, sin que ningún servicio de rescate o vigilancia se percatara de que llevaba varias horas navegando en aguas españolas. Es posible que algunos de los integrantes lograra escapar al cerco policial, pero las precarias condiciones físicas impidieron a la mayoría abandonar el lugar.

En el interior de la embarcación los funcionarios encontraron el primero de los cadáveres que, según testimonios de los supervivientes, había fallecido hacía varias horas en alta mar. Otro de los subsaharianos, en estado crítico, murió por parada cardio – respiratoria ya en tierra, a pesar del trabajo de los servicios de asistencia, que durante más de una hora trataron sin éxito de reanimar al inmigrante.