Un secuestro exprés alarma a Castelldefels
La Vanguardia, , 06-03-2008El sábado pasado se produjo uno de los escasos secuestros exprés que se dan en Catalunya. Una vecina de Castelldefels, de familia de empresarios del sector inmobiliario, fue retenida durante unas cuatro horas por los individuos que asaltaron su casa y, no conforme por lo visto con lo que en ella encontraron, decidieron llevársela para obtener un botín mayor. La víctima, una mujer de unos 45 años, fue abandonada en Collserola sin que conste que se pagara rescate alguno por ella. La policía autonómica ha practicado una detención en relación con el caso.
El exprés es una modalidad de secuestro consistente en retener a la víctima el menor tiempo posible – muchas veces en el interior de un coche – para conseguir un botín rápido evitando, entre otras cosas, que los familiares tengan tiempo de movilizar a la policía. Se trata de un tipo de delito muy utilizado por algunos grupos criminales, especialmente los de origen latinoamericano. Los Mossos d´Esquadra están tras la pista de un grupo mixto en el que se mezclan autóctonos y, probablemente, colombianos. El único detenido presuntamente relacionado con el secuestro es de nacionalidad española.
El asalto se produjo hacia el mediodía. En el interior de la casa, situada en una zona residencial de Castelldefels, se encontraban, además de la víctima, su marido – titular de una empresa inmobiliaria – y la madre de la mujer. Tras deambular por la casa, decidieron llevarse a la señora. Tuvieron a la mujer retenida durante unas cuatro horas, durante las que llevaron a cabo varios contactos telefónicos con la familia. Para su liberación, exigieron la suma de 100.000 euros.
Todo parece indicar que abandonaron la casa de la víctima en un vehículo todoterreno tipo pick – up.Sobre el itinerario que siguieron hasta llegar a Sant Cugat, nada se sabe por el momento. Lo cierto es que accedieron a la carretera que une Cerdanyola y Horta – muy poco transitada – y que, en el kilómetro 3, tomaron un desvío de tierra que conduce a una masía restaurante, Can Borrell. Se trata de un camino que discurre entre árboles y que permanece cerrado siempre que el restaurante está fuera de horario comercial. La elección del lugar para abandonar a la víctima no parece algo al azar. Es posible que alguno de los componentes de la banda lo conociera por algún motivo. Parece difícil llegar por azar a ese paraje habiendo abandonado Castelldefels y la zona del Garraf.
La mujer quedó en mitad del camino. Se calcula que quedó en libertad hacia las cinco y media de la tarde. Sin éxito, trató de parar algunos de los coches que, habiendo dejado atrás el restaurante después de comer, buscaban la carretera. La víctima pidió a algunos conductores que le prestaran urgentemente un móvil para llamar. Pero nadie se fió. Finalmente, llegó al restaurante – algunas fuentes aseguran que la trasladó un conductor que al final se apiadó de ella – y desde allí pudo llamar a los Mossos d´Esquadra.
Uno de los camareros que la atendió asegura que “la mujer venía llorando”. Parece evidente que fue golpeada en varias ocasiones por sus captores. De hecho, tal como confirma el personal del restaurante, “tenía un ojo morado”. Una vez que llamó por teléfono y pudo tranquilizarse un poco, aceptó un café con leche y un poco de agua con limón. La policía autonómica llegó aproximadamente a los diez minutos. El restaurante Can Borrell tiene un nutrido equipo de cámaras de vigilancia, pero sus grabaciones no han sido requeridas.
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