CIUDADANOS | MIGUEL MOREANO 'EL ROBACORAZONES' Y SU DISCO
«Vine aquí desde Ecuador a cumplir mi caprichito y mi oficio: ser cantante»
Diario Vasco, , 05-03-2008Empezó a cantar allá, en la provincia de Guaya, la de Guayaquil. Fue en 1993. Se paseó por todo Ecuador con su repertorio. El 31 de julio de 1998 sus amigos y compañeros de profesión, Betty Alarcón, Alicia Castro… le rindieron homenaje en una fiesta, en una peña bailable. Sucedió en el número 1.347 de la calle Lorenzo de Garacoya. Un poco después,ahora hace seis años, Miguel se vino a Donostia. Ha tenido varios oficios (hoy es repartidor), y ha actuado aquí dos veces. Las dos con éxito en la muy noble Casa del Guarda de Urgull.
Recibí una llamada del banco…
- ¿?
- Del Popular, sucursal de Viteri.
- Ahí tengo yo mi cuentita desde que me vine aquí.
- Pensé que me llamaban por estar en números rojos.
- ¿Lo estabas?
- No me lo dijeron al menos. Me telefoneaban para avisarme de que Miguel Morenero, su cliente, sacaba disco.
- Vaya, son buena gente en esa sucursal. Y yo me sé pagador de mis deudas, de mis créditos.
- Así que el banco tiene noticia ya de que le editaron un cd.
- Mañana mismo llevo una copia a Vitoria, a Radio Euskadi. Para que la radien si les gusta.
- Cuál es el sello discográfico de su ‘Pensando en tí’?
- Elkar.
- Poderío. ¿Cómo contactó?
- Preguntando, preguntando. Tenía una maqueta con cuatro temas grabados. En octubre de 2007 me fui a mi país y grabé otros cuatro. Así ya tenía 8. Podía completar un disco.
- O sea, se regresó y grabó allá…
- En Ecuador, en toda América Latina, la cosa está muy mal. En muchos lugares no hay dinero para comer. Como comprenderás, tampoco lo tenemos para la música, para grabar en un estudio. Muchos músicos se van a Estados Unidos o se vienen a Europa. Trabajan tres meses, seis, y se regresan con el dinero fresco para poder grabarse su disco, o preparar su maqueta. Yo me vine aquí para realizar mi caprichito, mi caprichito de la música. Yo soy contable. Trabajé en muchas empresas, pero también soy cantante. Aquí sí puedo hacer música. Porque, ¿sabes? Me siento mal, muy mal si no ejerzo mi profesión: cantar.
- Yo a usted le he escuchado. En directo. En el Guardetxe que se nos quemó.
- Fue muy bonito. Ustedes me escucharon en unas jornadas llamadas Los encuentros internacionales de Urgull. En 2004 y 2006.
- Recuerdo que aquellas noches actuó también una dama latina llamada ‘Dulce romántica’.
- Sí, sí. Y yo no me olvido de que la gente se acercaba y me decía: «me has gustado, artista».
- En aquellos carteles a usted le llamaban ‘El rompecorazones’.
- Pero en realidad me dicen El robacorazones.
- Y me canta canciones que se titulan ‘Todas son iguales’.
- Es un bolerito rockolero.
- ¿Un bolero a ritmo de rock?
- No, mujer. Nada que ver. Nosotros llamamos rockoleras a las canciones de desamor.
- A esa ‘No te puedo perdonar’, ¿por ejemplo?
- Exacto. Es un tema muy popular. Mire, los compositores se fijan en la vida, en las parejas que ven pasar, y luego componen sus piezas. Algunas te dan de pleno en el corazón y las haces tuyas. Nosotros amamos a las mujeres, las queremos felices. Y cuando las perdemos, morimos de desamor.
- Pero echándonos la culpita.
- Por no reconocer que fuimos nosotros quienes les hicimos llorar a ustedes.
- ¿Qué más me va a cantar, ‘Cupido de los enamorados’, como también le llaman en Guaya?
- Chica mala, que es un corridito. Cruel indiferencia, una rancherita. También hay en el disco baladas y bachatas.
- ¿Quién le llamó por primera vez ‘El roba corazones’?
- Un locutor. Miguel Cumbe. A él le dicen El pitillo de oro.
- Suerte, cantante.
- Gracias. Va por esta ciudad.
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