"No nos queda ya nadita"

El País, JUAN CRUZ, 03-03-2008

Issa llegó a Gran Canaria hace 27 años, de Senegal; ahora es agente comercial, sus hijos estudian en la Universidad de Las Palmas. Vimos juntos el Atlético – Barça, y en algún momento Issa me dijo: “Yo lo tengo negro desde que nací, pero el Barça lo tiene más negro”. Había un chico de Mendoza, Argentina, que vive aquí desde hace 17 años, y más allá había otro barcelonista de Marruecos que enmudeció cuando su equipo encajó el cuarto gol. Cuando salimos de ver el partido, compramos el periódico en el estanco de una chica de Medellín, y después cenamos en el restaurante de un uruguayo que ha sido ya miembro de una mesa electoral en Canarias. Ese paisaje humano es el presente de las islas; en ese escenario fue donde Rajoy dijo el otro día: “¡No cabemos!”. A alguno de esos nuevos canarios le dio un escalofrío, pero a la espina dorsal de la propia historia de Canarias también le produjo un escozor, porque las islas fueron punto de partida para una emigración que nos alivió el hambre.

Ese asunto tuvo su epicentro de campaña en el “¡No cabemos!” y circulará sin duda hoy por las venas del debate Zapatero – Rajoy. Aquí levanta más ronchas de las que parece, porque se basa en datos que cada uno maneja a su manera. Estos inmigrantes están aquí, tuvieron, ellos lo dicen, la suerte de quedarse, pero muchos de los que se dice que llegan – porque llegan, hay fotos – no están aquí, se difuminan en la geografía nacional o son deportados. Pero de esos que se van no hay fotos.

Como le decía ayer Soraya Sáenz de Santamaría, un brazo imponente de Rajoy, a Montse Domínguez en la SER, “nos queda ya nadita” para el debate, y será ese de la inmigración, de la que se ve y de la que no se ve, una carta que le lanzará a la cara el líder popular a su oponente. A ZP se le ha visto más confiado y más feliz que a su oponente estos días, pero la cara no es la encuesta, y puede pasar de todo aún. De la primera mirada de hoy (y la primera de Rajoy la semana pasada le desfavoreció mucho) depende la mirada de la encuesta final, la de las urnas.

Olga Viza me decía ayer, mientras se preparaba leyendo para el encuentro, que lo que está claro es que los contendientes ya se han medido, y se frenarán menos. “¡Puede que me den más trabajo!”. Y puede también que pase, en el debate, en las elecciones, lo que le pasó a Issa viendo el partido, creíamos que el Atlético salía decaído y luego tuvimos que asumir que el Barça tenía el porvenir más negro que la piel de aquellos que tiritan cada vez que oyen eso, “¡No cabemos!”.

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