Migración, el pie del que cojea la UE

La Prensa Gráfica, 02-03-2008

Luis Guevara es un salvadoreño de 21 años que vive en Bruselas desde hace 11. Llegó junto a su padre y hermanos, cuando su abuelo que trabajaba para la embajada de El Salvador promovió la reunificación de todos sus hijos y sus nietos.

Somos como 23, quizás la familia de salvadoreños más grande de Bélgica, dice orgulloso Luis, que trabaja como conductor, temporalmente, para la embajada de Guatemala.

Eso, sin embargo, fueron otros tiempos, el abuelo de Luis logró traer a su familia entera legalmente, ahora las políticas migratorias en la UE se han endurecido, y es casi imposible una reunificación que abarque a miembros más allá del núcleo familiar.

Ya hay un avión especial para devolver a la gente, dice Roger Aznarán, un peruano de 28 años, que llegó hace cinco a Bruselas, y al igual que Luis fue contratado por la embajada de Guatemala como conductor, mientras tenía lugar la II ronda de negociación entre Centroamérica y la Unión Europea.

Aznarán agregó que Bruselas, la capital de Bélgica, es un trampolín para que los latinoamericanos viajen a España, su destino favorito, por afinidad con el idioma. En Bélgica las cosas tampoco son fáciles aún teniendo un estatus migratorio legal. Siempre existen barreras, no se puede ubicar aunque haya estudiado, dice Luis, que habla también francés.

Centroamérica pidió en Bruselas, en el marco de la segunda ronda de negociaciones para un Acuerdo de Asociación con la UE algo que para el bloqueo europeo es un tema delicado, dar un mejor trato a los inmigrantes.

En el tema de migración, ya hemos enviado nuestra propuesta, este fue un tema sensible para Europa, afirmó Eduardo Cálix, vicencanciller salvadoreño.

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