Salvadoreña demanda a Policía en Maryland

La Prensa Gráfica, Julio Marenco En Estados Unidos, 02-03-2008

Entró a la academia de Prince Georges, sin embargo, fue víctima de discriminación y tras su queja fue reprobada en un examen de conducir.

Karen Amaya tenía la esperanzada de graduarse de la Academia de Policía del condado de Prince Georges, en Maryland, en diciembre de 2006. Pero en lugar de patrullar en las calles, Karen está desde entonces enfrascada en una demanda por supuesta discriminación contra la Policía de ese condado, en los suburbios de la capital estadounidense.

La salvadoreña asegura que todo comenzó cuando el entrenamiento en la academia, que dura ocho meses, pasó a las prácticas de tiro. La instructora me señaló, me dijo, yo quiero ser tu instructora. Karen confió en que la cabo Burd la ayudaría a mejorar su puntería, pero en lugar de eso comenzó a decirme ustedes los mexicanos son retardados, tú deberías de estar limpiando los pisos en lugar de estar acá. Karen le explicó que nació en Estados Unidos, de padre salvadoreño, pero eso no le importó a la instructora.

Los latinos son un problema para la Policía en este condado. Me obligaba a estar de rodillas en el pavimento por cuatro horas y yo pensaba hasta dónde voy a poder aguantar esto. Karen dice que los demás reclutas no pasaban por situaciones similares.

Incluso una vez ella me ordenó que limpiara los pisos cuando teníamos que limpiar las armas, y me quería obligar a que terminara de limpiarla en tres minutos cuando los demás tenían mucho más tiempo. La joven asegura que inmediatamente después la cabo le ordenó que escribiera un reporte en el que se acusara ella misma de no haber podido cumplir con sus tareas, a lo cual se negó.

El incidente terminó con una orden de expulsión de la academia, pero que fue reconsiderada por el jefe de la Policía del condado, Melvin High, cuando Karen le expuso la situación.

Karen siguió con el entrenamiento, pero al llegar a las evaluaciones finales, en la prueba de conducción de vehículos, la joven asegura que le fue asignado un carro defectuoso. Así, tras reprobar el examen se vio ante la disyuntiva de renunciar o volver a iniciar el proceso.

En lugar de eso, Karen buscó a un abogado. Luego de pasar por muchos servicios de defensa gratuita, su madre, Reina Saravia, salvadoreña – estadounidense originaria de Jocoro, decidió apoyarla. Le dije al jefe de la academia: mirame la cara, porque la verás seguido, no nos vamos a dar por vencidos, relata que le dijo Reina al oficial a la salida de la Corte en septiembre pasado.

El abogado de Karen, Lee Boothby, revisó su historia y decidió que era un buen caso. He representado a clientes en situaciones similares, que buscan justicia frente a empleadores abusivos o agencias gubernamentales, señala el jurista.

En su escrito ante la Corte, Boothby solicita para Karen el pago de salarios no devengados desde que fue cesada de la institución, así como compensaciones extras por daños y perjuicios. También solicita el reinstalo en la academia policial y en su empleo como oficial, junto con la remoción de materiales negativos de su expediente.

La Policía de Prince Georges declinó hacer comentarios porque el caso de Karen Amaya todavía está bajo investigación.

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