Historia de migrantes que rebasa fronteras
El Universal, , 29-02-2008cesar.huerta@eluniversal.com.mxNi Armando Hernández ni Jesús Ochoa esperaban eso. Cuando acababan de terminar la conferencia de Sangre de mi sangre, cinta que se estrena hoy, el productor anunció que les tenía una sorpresa.Sacó de un costalito rojo dos estatuillas doradas provenientes de un festival turco, que los calificaba como los mejores actores del certamen.Ambos, Ochoa y Hernández, se pusieron felices. El primero no aguantó su cara de sopresa y el otro, agradecía el reconocimiento.En la cinta, que llega a las salas mexicanas con el antecedente de haber ganado Sundance 2007, Ochoa interpreta a un lavaplatos de Nueva York, que simplemente no quiere saber nada de México, y Hernández a un chavo quien, tras robarle los documentos a un joven que conoció mientras cruzaba la frontera, se hace pasar por hijo de Ochoa.Se filmó en locaciones de Nueva York, completamente en español.Filmamos una secuencia en una cocina (real) y parecía una fiesta. Había muchos mexicanos, y todo eso ayudó mucho para sentir la esencia de los personajes. Estábamos más preocupados por contar una historia humana, que por el lado de los migrantes, dijo Armando.La dirección del filme corrió a cargo de Christopher Zalla, de origen kenyano, también autor del guión.La historia empezó con el personaje del padre y un hijo desconocido de su pasado. Para conseguir el financiamiento, qué puedo decir, nos encontramos con una compañía (Panamax) que estaba interesado en apoyar proyectos latinos, a veces en inglés, otras en español, y logró montarse la película, recordó.Sangre de mi sangre (antes Padre nuestro) tiene en su reparto a Jorge Adrián Espíndola, en el papel del hijo verdadero y Paola Mendoza, como una mujer que tiene problemas de drogas. Se rodó en Brooklyn y Queens, consideradas zonas tristes y oscuras.Sangre de mi sangre tiene aún vida en festivales como Chicago y se espera su estreno en Estados Unidos la próxima semana.
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