Cerrar fronteras

Las Provincias, PEDRO VILLALAR, 29-02-2008

Pese al control cada vez más estricto de los flujos migratorios provenientes del sur mediante pateras y cayucos, gracias a la mayor vigilancia y a los acuerdos políticos de repatriación, es bien conocido que los principales flujos de inmigrantes irregulares ingresan en nuestro país a través de las fronteras convencionales. Durante la gran bonanza de la última década, la relajación de estos controles no preocupaba a nadie. Ahora, sin embargo, el enfriamiento de la construcción está llevando al paro a miles de inmigrantes que sostuvieron el sector. No sería sensato permitir que otros inmigrantes nuevos llegasen a engrosar las bolsas del desempleo a su llegada, lo que haría simplemente imposible cualquier intento de integración.

No hay, en fin, que cerrar fronteras pero sí establecer algunos mayores rozamientos a los caudales de llegada si queremos que este país no se convierta en una bomba en potencia, al borde del estallido social.

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