REPORTAJE: ELECCIONES 2008 - La aportación de los extranjeros

¿Y si Edgar no trabajara mañana?

Los expertos coinciden en que sin los extranjeros, sectores como la construcción, la hostelería o el cuidado de personas sufrirían un "descalabro tremendo"

El País, ELSA GRANDA, 29-02-2008

Carmen y Luis son una familia media española con dos hijos pequeños. Imaginemos cómo sería para ellos una jornada sin trabajadores extranjeros. Alguien tiene que llevar a los niños al colegio y atender a la abuela, que está en silla de ruedas. Por eso hoy Carmen no podrá ir a trabajar. Luis, que tiene una empresa de construcción con mayoría de empleados extranjeros ni se plantea abrir hoy. Antes de dirigirse al centro de la ciudad deciden tomar juntos un café en el bar de enfrente, pero está cerrado. Cuando llegan al súper no hay ni frutas ni verduras, los intermediarios no han podido distribuir la mercancía, que se ha quedado en la tierra o en los árboles. Las estanterías están medio vacías; los reponedores, extranjeros, no están. Después de un día de tiendas, en el que la mayoría de los locales estaban cerrados, deciden volver a casa. Para cenar toca fiambre. Ayer se acabó el gas y no ha habido reparto de bombonas en la ciudad. Carmen acaba la jornada con la plancha y la bayeta.

Los expertos no contemplan la economía española tal y como la conocemos hoy de no haber sido por la mano de obra extranjera. Coinciden en que el crecimiento que ha experimentado el país en la última década está íntimamente ligado a la inmigración, y que si los extranjeros dejaran sus trabajos “sería un desastre monumental”. Miguel Pajares, miembro del Grupo de Investigación sobre exclusión y control social, de la Universidad de Barcelona, pone como ejemplo la construcción. “Existen 600.000 extranjeros en ese sector. Sería imposible encontrar un número de españoles que pudieran sustituirles; y no es una cuestión de salarios. Aunque aumentasen los salarios sería imposible cubrir los puestos. La construcción sufriría un descalabro tremendo”. Pajares destaca también el tremendo impacto en el sector industrial, porque, subraya, al estar desprestigiada la formación profesional no hay jóvenes españoles con conocimientos técnicos, como soldadores o especialistas en la industria del automóvil. El parón, indica Pajares, “también sería tremendo en la hostelería y en el trabajo doméstico”.

“Cuando en una economía deja de trabajar el 15% de los empleados, apaga y vámonos. El país se enteraría y mucho”. Así lo ve el catedrático de economía aplicada de la Universidad de Barcelona Josep Oliver. En su opinión, una de las grandes consecuencias que tendría la desaparición de la mano de obra inmigrante sería el retroceso de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Explica Oliver que los servicios de atención a los niños y mayores “se paralizarían; alguien tendría que abandonar el mercado de trabajo para cuidar a esas personas. Sería un efecto en cascada”. Un impacto que, señala este catedrático, llegaría también a alcanzar al propio sector público “porque cada vez hay más médicos o enfermeras extranjeros”.

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