El asesino de Franchy Roca: "sí, lo asesiné, y pido perdón a su familia"

Canarias 7, Antonio F. de la Gándara, 28-02-2008

Fue el juicio por asesinato más breve jamás celebrado en Las Palmas. El colombiano Luis Alberto Morcillo asumió ayer el asesinato del joven militar Ricardo Gallego y el intento de homicidio del transeunte que le persiguió tras el crimen. Se enfrenta a 25 años de prisión.

Morcillo admitió su crimen y se atrevió a pedirle a los familiares del fallecido, presentes en la Sala, «perdón» y «fe en Dios». Alegó que en la época en la que sucedieron los hechos estaba pasando una crisis con su pareja y se encontraba «mal», aunque reconoció que con esta explicación no justificaba sus actos.

A resultas de los visto y lo oído, Morcillo degolló a un joven modélico de 20 años por nada, porque se encontraba mal con su pareja. Porque estaba furioso.

Lo degolló de oreja a oreja en la madrugada del 26 de noviembre. El soldado de la Armada Ricardo Gallego, huérfano de padre y único sueldo de una familia con cuatro miembros, regresaba a casa con su novia tras tomar unas copas en un local de la calle Franchy Roca, y tuvo la mala fortuna de cruzarse con Morcillo, que entonces trabajaba de camarero en un restaurante de Las Canteras.

El colombiano le dedicó algún comentario soez a la novia del marinero, éste sólo le pidió que les dejaran en paz, y siguió su camino hacia el coche. Cuando estaba abriendo la puerta, Morcillo lo agarró según las forenses, por detrás y con la destreza de un profesional le rebanó el cuello con una navaja.

El criminal se dio a la fuga y fue perseguido por varias personas, entre otras un joven ecuatoriano que había presenciado la brutal agresión. Luis Alberto Morcillo frenó su huida, se encaró con su perseguidor y le clavó su navaja bajo las costillas, para continuar después su fuga. Fue interceptado más adelante.

La confesión del acusado llevó a las partes a renunciar al interrogatorio y a la prueba testifical, reduciendo al mínimo el informe de los peritos forenses. Ante la asunción de los hechos, el fiscal Antonio Amor y la abogada de la familia del fallecido, Josefina Navarrete, rebajaron de 29 a 25 años su petición de condena para el acusado. El abogado defensor, José Ángel Cruz, hizo suyas las conclusiones del Ministerio Público.

“Llegó a la columna vertebral”.

La médico forense María José Meilán explicó a la Sala que Rocardo había muerto desangrado tras ser degollado por alguien que manejaba el cuchillo «con gran fuerza y destreza». El corte llegó a la columna vertebral, detalló. La pericial demostró que no estaba bebido y que sabía perfectamente lo que hacía.

Ricardo era el único sueldo en su familia.

El joven asesinado mantenía a su madre y a sus dos hermanas con su sueldo de 1.052 euros como militar de tropa y marinería. Era huérfano de padre y trabajaba como administrativo en el Arsenal Militar de la capital grancanaria, donde era muy apreciado.

A pesar de que el fiscal y la acusación particular piden cientos de miles de euros de indemnización para la familia del fallecido, con toda probabilidad ésta no recibirá ni un céntimo de euro por la muerte de Ricardo, ya que el acusado ha sido declarado insolvente. La aceptación de los hechos por parte del acusado implica que éste no recurrirá la sentencia. En sus últimas palabras, Morcillo dijo en principio que consideraba «injusto» que le pidieron 25 años, aunque después afirmó que era «justo».

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