Catedráticos y profesores de izquierdas piden que no se vote al PP por sus propuestas de inmigración El contrato de integración para los inmigrantes propuesto por el Partido Popular es una manifestación de xenofobia para ganar las elecciones. Lo resume así un grupo de 127 profesores universitarios vinculados a la izquierda y dedicados al estudio científico de las migraciones, que ha difundido un manifiesto en el que se llama a no votar a Mariano Rajoy por sus argumentos sobre inmigración: «El 9 de marzo, la xenofobia ha de sufrir una derrota». Eso sí, no se apoya explícitamente a ninguna otra formación.

Entre los firmantes aparecen representantes de 38 universidades, casi todas las públicas y alguna privada, como la Europea de Madrid. Hay algún catedrático de relieve, como Joaquín Arango, Javier de Lucas o Antonio Izquierdo Escribano, y varios jefes de departamento. Además, se han adherido con su firma profesionales de sindicatos y asociaciones (como el director de Cáritas Barcelona, y miembros de SOS Racismo, Red Acoge o CCOO).

En el manifiesto se subraya que el Ejecutivo de José María Aznar no acometió políticas de integración («que no aparecen en el ámbito del Gobierno español hasta 2004», se dice) y que «los planteamientos realizados en la presente campaña electoral por parte del PP […] constituyen una nueva agresión contra unas personas que no han recibido un trato integrador». A mayor abundamiento, se insiste en que las propuestas de Rajoy «culpabilizan a los inmigrantes de falta de integración y acentúan los prejuicios populares».

«La intencionalidad de estas propuestas responde a lo experimentado en los últimos 20 años en casi todos los países europeos: el mensaje xenófobo da votos. Muchos son los partidos conservadores que han ganado elecciones recurriendo a este mensaje. No importa el daño que se haga a la sociedad», razonan los profesores.

Y así, concluyen que «quien recurre a incentivar la xenofobia para ganar unas elecciones debe pagar un precio por ello»; que «es necesario que los votantes demos una lección a los partidos políticos demostrándoles que el discurso xenófobo también puede servir para perder elecciones» y, finalmente, que «quienes han apostado por el discurso xenófobo para ganar las elecciones deben perderlas».