El fiscal, en su escrito de calificación inicial, solicita cinco años y medio de cárcel para cada uno de los 20 procesados por la quema de dos naves propiedad de empresarios chinos en el polígono industrial de El Carrús, en Elche. El ministerio público imputa a los acusados un delito de desorden público y otro de daños. Tras los disturbios, ocurridos el 18 de septiembre de 2004, la policía interrogó a 40 personas, aunque solo pudo determinar la participación en los hechos de 20.

El ataque a las naves chinas se produjo en plena crisis de la industria del calzado, y en una coyuntura de expansión y entrada masiva de productos de origen chino. Unos días antes de los hechos comenzaron a aparecer en la zona del polígono industrial de Carrús, en Elche, panfletos que invitaban a participar en una manifestación contra los productos asiáticos. En esta zona industrial de Elche se concentran decenas de almacenes de importación cuyos propietarios son ciudadanos chinos. Este fue el motivo de que finalmente la policía desplegara un dispositivo para evitar incidentes. Al principio sí se pudo controlar la situación pero conforme cayó la noche algunos manifestantes endurecieron sus proclamas, algunos con gritos racistas y xenófobos, y se llegó a incendiar el cargamento de zapatillas de un camión, y además dos almacenes ardieron con todo lo que contenían.

Los hechos, que tuvieron una difusión en el ámbito internacional, provocando incluso que se desplazaran a Elche algunos diplomáticos chinos, originaron una contestación inmediata rechazando estos actos por parte de las organizaciones de empresarios del calzado, así como de la Administración local.