Identifican a niña como salvadoreña

La Prensa Gráfica, Milena Varón, 27-02-2008

El reconocimiento fue hecho por su padre. En cambio, su madre, para confirmar que los restos encontrados eran de su hija, quiere una prueba de ADN.

Santos Hernández tenía dos años de no ver a su hija Josseline Jamileth, de 14 años. Sin embargo, ayer el compatriota reconoció que el cadáver que se encuentra en la morgue de Tucson, Arizona, es el de la pequeña, que intentaba ingresar a Estados Unidos el pasado 31 de enero.

La noticia terminó con las esperanzas de Sonia Quintero, la madre, quien esperaba reunirse con su hija después de cuatro años de separación. Santos dice que no queda mucho de su carita, pero que es la niña, yo insisto que se haga la prueba de ADN para estar seguros y poder resignarme, expresó la connacional.

La tragedia comenzó a gestarse el 6 de enero de este año, cuando Josseline y Carlos Antonio, de 10 años, iniciaron la travesía. Con los zapatos y la ropa que su madre les había enviado en Navidad, los dos niños pasaron de autobús en autobús por tierras guatemaltecas y mexicanas. Durmiendo en casas y en hoteles, los menores venían acompañados por varios adultos cuscatlecos migrantes y nunca se quejaron del trato que les dieron, ni de la comida.

El miércoles 30 de enero por la noche, el grupo, liderado por un guía, se internó en el desierto para atravesar la frontera. Al amanecer la pequeña comió un poco de atún. De acuerdo con el testimonio del hermano menor, la niña comenzó a quejarse de dolor de estómago, vomitó en varias ocasiones y perdió fuerza para caminar hasta quedar en el suelo tendida.

El niño me contó que intentaban pararla, y que ella se desvanecía, entonces decidieron dejarla tirada. El coyote me dijo que no podía perder a todo el grupo, este no era el mismo con el que salieron de El Salvador, explicó Quintero.

Hasta un día después del abandono de la menor en el desierto de Arivaca, las persona encargada de la niña informó de lo sucedido, pero no dio datos que ayudaran en la búsqueda de la pequeña.

En medio de la desesperada búsqueda de su hija, Quintero, quien es madre soltera, tuvo que hacer un alto para recuperar a su hijo, quien fue entregado el 3 de febrero en California. Después del despliegue hecho por los familiares para buscar a la menor, la compatriota ha recibido varias llamadas en las que le piden dinero por entregarle a Josseline. No respetan el dolor, ni las esperanzas de la gente, advirtió Edith Quintero, tía de la pequeña.

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