Sufragio... ¿universal?
En esta sociedad hay miles de inmigrantes que desde hace años viven, trabajan, aman, se divierten, sufren, ríen y luchan por llegar a fin de mes. Igual que los autóctonos. Sin embargo, el próximo 9 de marzo no tendrán derecho a voto.
Deia, , 27-02-2008La tercera palabra que más veces se pronunció durante el debate televisivo del lunes entre Zapatero y Rajoy fue “inmigración”. Y es que, en los últimos años, la población inmigrante se ha multiplicado en el Estado hasta el punto que hoy constituye un 10% de la población. Paradójicamente, este 10% no tendrá derecho al voto el próximo 9 de marzo ya que la Constitución española contempla que sólo tienen derecho a sufragio en las elecciones generales los ciudadanos que posean nacionalidad española. Esto deja fuera del derecho al voto a los cuatro millones y medio de personas extranjeras que residen actualmente en todo el Estado.
No es el caso de Ahmed el Hanafy, Presidente del Centro Sociocultural Islámico de Bizkaia, Assabil. Ahmed es egipcio pero lleva 23 años viviendo en el Estado, de los cuales 13 los ha pasado en Euskadi. Él sí podrá insertar su papeleta en la urna el día 9 porque está casado con una valenciana, lo que le otorga la nacionalidad española. Pero Ahmed, desde su labor en Assabil y en la Mezquita Assalam de Bilbao, conoce bien la realidad de muchos hombres y mujeres procedentes de diversos países que viven en nuestro entorno y que no poseen este derecho. “Los inmigrantes llegan aquí, se instalan y cotizan, trabajan y colaboran en la riqueza del país. Por tanto, pensamos que también deben tener derecho a elegir a la persona que va a decidir la política de gobierno”, explica.
Sentado en su mesa en la oficina de la Mezquita, Ahmed ve llegar a los hombres que acuden a orar. Les saluda con una sonrisa. Probablemente, Ahmed conozca la historia humana que hay detrás de cada una de esas personas que buscan su sitio lejos de su país natal. “La ciudadanía no tiene porque ser exclusivamente para los autóctonos o para los que tienen nacionalidad”, dice. “La ciudadanía tiene que ser para todas las personas que colaboran, que trabajan, que consumen, que desarrollan su vida en una ciudad. Por eso creemos que los inmigrantes deberían tener derecho a voto”, añade.
Ahmed explica que los inmigrantes tienen las mismas inquietudes políticas que el resto de ciudadanos. “Cuando no están contentos con la política se nota su disconformidad, y cuando hay una decisión política que afecta a los inmigrantes se habla de ello, y existe un deseo interno de poder colaborar en las decisiones”, apostilla. “Si los inmigrantes votaran, los representantes políticos tendrían en cuenta sus problemas”, añade.
De cara al 9 – M, Ahmed tiene muy claro cuáles son las bases sobre las que se asientan los dos partidos protagonistas de esta agresiva pugna por el poder. “Las políticas hacia los inmigrantes del PSOE y del PP son completamente distintas. El PSOE está defendiendo y el PP atacando”, explica contundente. “En la población inmigrante hay miedo por la política que pueda tener un gobierno popular hoy en día”, concluye con firmeza.
voto fuerte Xiao Rong es el presidente de la Asociación de Chinos en Euskadi, y lleva ya 20 años viviendo en el País Vasco. “Los inmigrantes también somos personas”, afirma. “Si un inmigrante vive aquí también debería tener derecho a voto aunque no esté nacionalizado”, añade. Hoy por hoy la población china en nuestro entorno es muy numerosa. Sólo en Euskadi residen cerca de 12.000 chinos. “Cada vez hay más inmigrantes en España. Su voto sería un voto bueno. Un voto súper fuerte”, comenta Xiao. “Creo y espero que el voto de los inmigrantes en España será algún día posible”, concluye.
Por su parte, Constanza González, colombiana, tiene muy claro para quién sería su voto. Pero se va a quedar con las ganas. Llegó a Euskadi hace ocho años pero no tiene la nacionalidad española. “Yo quisiera votar porque siento que estoy implicada en este país”, afirma Constanza, que actualmente trabaja como secretaria en la Asociación Hispanolatinamericana Ahislama, en Bilbao. Habla de una manera tranquila, sosegada, meditando las palabras. Pero es contundente con sus afirmaciones. “El origen de las personas no puede ser un obstáculo para que uno pueda escoger a los gobernantes”, destaca. “El sufragio de los inmigrantes es un elemento relevante para la política del país, para la política de integración, de participación. Con el derecho al voto de los inmigrantes un país demuestra que es avanzado, que tiene unos cimientos realmente consistentes y que cree en que toda persona tiene algo que aportar”, explica.
Constanza se lamenta de que hoy en nuestro entorno “sigue existiendo xenofobia”. “Hay gente que piensa que no deberíamos tener ese derecho. Están equivocados porque no conciben la inmigración como algo importante para que crezca la población, la economía, la cultura. Los nativos deberían mirar a los inmigrantes con otros ojos”, concluye.
Javier Galparsoro, es presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Euskadi. Galparsoro explica que si los inmigrantes tuvieran derecho al voto podrían influir en los programas políticos. “Nos volcaríamos mucho más en temas como la cooperación al desarrollo en las naciones de origen para evitar que muchos de esos movimientos migratorios se sigan produciendo. Ellos están huyendo de situaciones extremas. Si eliminamos guerras, dictaduras y situaciones de miseria, estas gentes no tendrían necesidad de desplazarse”, comenta. “Por otro lado, en cuanto a su situación aquí, yo creo que avanzaría mucho en todo eso que se llama integración”, añade.
Sin embargo, Galparsoro no es optimista con respecto a un futuro establecimiento del voto entre los inmigrantes. “Creo que sería una gran noticia, pero hoy por hoy me parece que es una quimera. Hemos hecho tal barrera entre los nacionales y los no nacionales, que pensar que algún día próximo puedan votar en las elecciones generales los extranjeros no comunitarios, creo que es impensable”.
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