Sucesos
Asesinato en el Bajo B
El Mundo, , 27-02-2008El presunto agresor mató a su pareja de tres cuchilladas y luego se refugió en casa de unos amigos donde trató de cortarse las venas. Finalmente, lo confesó todo a la Policía cuando efectivos del Summa atendían sus heridas Los residentes del número 43 de la calle Salitre en Lavapiés no podían suponer que, lo que comenzó como otra de las frecuentes discusiones de pareja de unos vecinos, iba a terminar en muerte. Muchos inquilinos ya estaban acostumbrados a escuchar los gritos que provenían del Bajo B pero, poco antes de las cuatro de la madrugada de ayer, se encontraron con algo distinto.
Lo que resonaba en el portal no eran sus voces airadas, sino las sirenas de la Policía y los apresurados pasos de los sanitarios del Summa. Después, se hizo de nuevo el silencio mientras sacaban del inmueble el cuerpo sin vida de Laura M. I., una boliviana de 22 años.
En su cadáver hallaron las heridas provocadas por tres puñaladas que le causaron la muerte, – una en el abdomen y dos más en el tórax – , según informó emergencias 112. En la casa donde sucedieron los hechos, se encontró un cuchillo ensangrentado.
La Policía Nacional lo encontró por la confesión del presunto autor del crimen: Néstor Wilfredo V.S., también boliviano, de 29 años. Era el novio de la mujer y ambos compartían piso.
La primera señal del drama llegó cuando, alrededor de la una menos cuarto de la madrugada, el 112 recibió la llamada de una mujer que solicitaba atención médica urgente para un hombre que tenía cortes en ambas muñecas. Al llegar al número 151 de la calle Santa María de la Cabeza, las Autoridades se encontraron con un joven que había intentado suicidarse. Allí mismo, relató a los agentes que había matado a su novia y explicó dónde podían encontrarla. Inmediatamente, efectivos de la Policía y del Summa se desplazaron a Lavapiés, pero sólo pudieron certificar que la joven había expirado.
Ahora, habrá que esperar a que se realice la autopsia para establecer la hora exacta del fallecimiento de Laura, pero las hipótesis preliminares indican que, cuando se encontró a la víctima, ya llevaba alrededor de 12 horas muerta. Las primeras reconstrucciones de la secuencia de los hechos apuntan a que, cuando Wilfredo hirió de muerte a su novia, huyó del lugar dejando atrás a la mujer agonizante. Después, salió a la calle y se refugió en la casa de unos amigos en la que, presumiblemente, se cortó las venas.
La embajada de Bolivia dijo que la difunta tenía su permiso de residencia en regla. Por otra parte, fuentes policiales desvelaron que los dos implicados no tenían antecedentes y que no existía ninguna denuncia por malos tratos. Los vecinos de la pareja se mostraron sorprendidos ante este detalle y destacaron que, a pesar de que sólo ocupaban la vivienda desde hace un par de meses, habían escuchado con anterioridad numerosas peleas. «Nunca llamé a la Policía porque no estaba segura de que los ruidos fueran siempre obra suya.
Gritos frecuentes
Los gritos en esta zona son frecuentes y, algunas veces, son los hindúes y africanos, que hablan muy alto. Normalmente, me da miedo salir a chistarles», indicó una anciana que vive muy cerca de la casa donde se desarrollaron los hechos.
El edificio alberga a numerosos inmigrantes que se solidarizaron con la víctima y su familia. «Es una tragedia que la pobre chica cruzara el mar únicamente para encontrar la muerte con apenas 22 años. Es terrible y espero que caiga sobre el responsable todo el peso de la ley», declaró una residente ecuatoriana. Asimismo, lamentó no haber hablado más a menudo con la difunta, pero el escaso tiempo que fueron vecinas impidió que llegaran a conocerse mejor. «Mi hija tiene su misma edad, cuando pienso en lo que estará pasando su familia se me pone la piel de gallina», concluyó. Ayer nadie había ido a reclamar el cadáver, que permanece en el Instituto Anatómico Forense .
(Puede haber caducado)